Congreso Eucarístico Internacional de 1934
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Al conmemorase el 90º aniversario del Congreso Eucarístico Internacional de 1934, celebrado en la ciudad de Buenos Aires, hacemos memoria agradecida de uno de los eventos más trascendentes del siglo XX para la Iglesia que peregrina en la Argentina.
Con la presencia del legado pontificio, cardenal Eugenio Pacelli –futuro papa Pío XII–, el Congreso significó una gran renovación espiritual para el país. Durante una semana se concentraría en Buenos Aires el interés de la opinión católica nacional e internacional. Peregrinos venidos de todo el mundo fueron testigos de una nación unida trabajando por un objetivo común.
Los beneficios espirituales y temporales del Congreso no se hicieron esperar. En cada parroquia se revalorizó la devoción eucarística, de manera particular la adoración que comenzó a ser una práctica habitual, y el fervor religioso suscitó grandes figuras católicas del arte, las leyes, la política, el pensamiento, la dirigencia sindical y empresarial, que sobresaldrían en la vida nacional. Así, hombres y mujeres sin distinción se comprometieron activamente a través de diferentes instituciones eclesiásticas en favor de toda la sociedad, trabajando con renovado espíritu para construir una sociedad más justa y fraterna.
La gran cantidad de niños reunidos en Palermo para recibir por primera vez la comunión, así como la multitudinaria procesión con el Santísimo Sacramento por las calles de la ciudad, son las dos estampas más difundidas del Congreso. Imágenes que reflejan de algún modo lo vivido en ese período. De hecho, en marzo de ese mismo año, el papa Pío XI, mandó erigir 10 nuevas diócesis y a elevar a 6 de ellas a arquidiócesis en nuestro país, lo cual ayudó a una mejor organización eclesial, motivando un gran movimiento pastoral en cada una de las Iglesias locales.
En un contexto marcado por la dura situación que atravesaba el país a mediados de la década, tras la crisis económica e institucional abierta en 1930, el Congreso de 1934 fue un signo de esperanza.