Cómo salir de pobres
En febrero de 1980, la señora Zhang Huamei presentó ante la recién creada Oficina de Registro Comercial de Wenzhou, provincia de Zhejiang, el pedido para que la autorizaran a vender botones, relojes de juguete y banditas elásticas en un puesto callejero frente a su casa. Su objetivo era ganar 30 yuanes extras por mes (el equivalente a 5 dólares). Así, la señora Zhang se convirtió en la primera empresaria privada autorizada en la República Popular China. Hoy su negocio vende 500.000 yuanes por año, y es uno entre los 240.000 negocios registrados que existen en la ciudad.
Las empresas privadas -entre ellas, Alibaba, Huawei, Lenovo- representan el 60% de la economía china. ¿Cómo fue posible recorrer este camino en 35 años? Sobre 12 trillones de dólares de PBI, más de 7 trillones son producidos, distribuidos, consumidos o exportados en forma privada a través de una moderna red de comunicaciones y de servicios financieros y logísticos. El tramado incluye una veintena de acuerdos de libre comercio, más de 120 países que cuentan a China como su principal socio comercial y una creciente participación en el sistema internacional de preservación del medio ambiente y la seguridad global.
El hecho que mejor ilustra la vitalidad comercial de semejante gigante es el siguiente: el 11/11, Día de los Solteros en China, es el de las grandes ofertas. Alibaba es el principal protagonista del evento; en esa fecha de 2016 se vendieron 18.000 millones de dólares en 24 horas. El Black Friday norteamericano, una semana después, vendió 3000 millones en tres días.
El 75% de las ventas chinas fueron por Internet, de las cuales el 50% se hizo desde celulares. En el caso americano, sólo el 30% de las ventas fue realizado a través de medios electrónicos. No hay duda de que la "economía socialista de mercado" seguirá fortaleciéndose.
La región sudamericana, en la cual la presencia inversora, financiera y comercial de China es una realidad determinante, aún no ha logrado encontrar una agenda propia que le permita superar las limitaciones de un intercambio asimétrico. Hace 35 años éramos más ricos que China. Hoy, China es la segunda potencia mundial y nuestro país no ha podido superar muchos de sus déficits históricos: pobreza, hambre, falta de acceso a la educación, vivienda y servicios básicos por parte de un elevado porcentaje de nuestra población.
Debemos insertarnos en el mundo defendiendo nuestras fuentes de capital y trabajo, para converger con los aportes y las necesidades de quienes necesitamos y nos necesitan en el contexto de un mundo interdependiente.
Una región que cuenta con agua, petróleo, gas, recursos renovables, alimentos y minerales, a los que se suma una población joven y emprendedora, no puede seguir condenada a producir commodities sin valor agregado. Es éste el desafío de los dirigentes.
La fuga de capitales y la corrupción han sido nuestras lacras históricas; por esas vías se esfumaron los recursos para transformar nuestras sociedades. China no está exenta de estos problemas, sin embargo ha logrado administrar sus recursos mejorando la vida de la mayoría de su población.
China y América del Sur tienen por delante un largo y fecundo camino. Debemos respetarnos y aprender a conocernos. Si en 35 años la señora Huamei pudo salir de la pobreza desde su puesto callejero, como lo hicieron más de 1200 millones de sus conciudadanos, nosotros podemos hacer lo mismo si nos lo proponemos.
Embajador en China