Combatir la inflación ha pasado a ser la prioridad de la autoridad monetaria
Combatir la inflación ha pasado a ser la prioridad de la autoridad monetaria
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El día miércoles 6 de abril pasado, la autoridad monetaria de EE UU (Fed) publicó las minutas de su última reunión llevada a cabo a mediados de marzo. Las mismas, sumadas a declaraciones posteriores de su presidente Jerome Powell, indican claramente que la entidad ha decidido acelerar el endurecimiento de su política monetaria mediante sucesivos aumentos de la tasa de interés de referencia y una mayor velocidad en la absorción de liquidez. Resulta interesante, entonces, analizar cuál es la visión actual de la Reserva Federal respecto al escenario macroeconómico, junto a las perspectivas futuras de la tasa de interés y los niveles de liquidez.
En relación a la situación macroeconómica, las minutas señalan que la actividad económica continúa creciendo firmemente y que la generación de nuevos puestos de trabajo permanece elevada, habiendo declinado sustancialmente la tasa de desempleo; llegando a un mínimo de 3,6%. Sin embargo, la inflación permanece elevada (7,9% anual, la mayor de los últimos 40 años) a consecuencia -hasta antes de la crisis Rusia/Ucrania- de desequilibrios de oferta y demanda post pandemia y presiones de incremento de costos por suba de salarios.
A este escenario, se le suma la actual y criminal invasión rusa a Ucrania, la cual creará presión adicional a la inflación y afectará negativamente los niveles de actividad. En efecto, como consecuencia de la incertidumbre y las disrupciones de oferta, ya se han producido fuertes subas precios de los commodities en los cuales Moscú tiene un peso importante; esto es, entre otras: energéticas (petróleo, gas y derivados); agrícolas (maíz, trigo, soja, aceite de girasol, fertilizantes) e industriales (aluminio, cobre, níquel, paladio, platino, titanio y acero). Ante esta situación de presiones inflacionarias crecientes, la Fed ha definido un mayor endurecimiento monetario al previsto con anterioridad a los impactos del conflicto geopolítico europeo. En efecto, en la última reunión de marzo ya mencionada, la entidad planteó un aumento de 25 puntos básicos en su tasa de referencia (llevándola al rango de 0,25%/0.50%). Y respecto a la liquidez, mencionaba que se habían hechos grandes progresos en la confección del respectivo plan de absorción.
Este claro mensaje acerca del fin del ciclo de tasas bajas y exceso de liquidez se ha visto reforzado por posteriores declaraciones del presidente Powell. En efecto, su mensaje ha sido muy claro: combatir la inflación es la prioridad de la entidad en el corriente año. Es más, explícitamente, afirmó que la Reserva Federal estaba preparada para subir la tasa de interés no ya sólo 25 puntos básicos en cada una las próximas seis reuniones del año, sino también -de ser necesario- hasta 50 puntos. Asimismo, anunció que ya en la próxima reunión de mayo comenzaría la reducción de liquidez a un mayor ritmo y montos que los previstos inicialmente, mediante la venta de activos financieros actualmente en su cartera por una cifra del orden de los 100 mil millones de dólares mensuales; esto es: aproximadamente el 1% de la base monetaria que, a la fecha, es del orden de los 9 billones.
A nuestro juicio, entonces, los últimos acontecimientos geopolíticos han llevado a la Fed a acelerar y profundizar su política de endurecimiento. Dicho esto, en nuestro escenario base prevemos que habría subas en todas las restantes reuniones de política monetaria del año; no debiendo descartarse que en una o dos de ellas el incremento fuera de 50 puntos básicos. Si esto fuera así, la tasa se ubicaría a fin de año dentro del rango 2.0%/2,5%. Asimismo, estimamos que la absorción de liquidez mensual a partir de mayo se mantendría como mínimo en el orden del 1% la base monetaria. Más aún, los miembros más duros del Comité de Política Monetaria han declarado que la tasa de fin de año no debiera ser menor a un rango de 3,25%/3,50% y que, eventualmente, debiera aumentarse aún más el ritmo de absorción.
En síntesis. A partir de las mayores presiones inflacionarias generadas por la invasión de Rusia, la Reserva Federal ha definido como prioridad 2022 el combatir la actual y peligrosa suba de precios. En consecuencia, ha decidido endurecer su política monetaria, desplegando para ello toda su artillería disponible. Es más, su presidente ha afirmado que -de ser necesario- la entidad está dispuesta a profundizar las medidas de corrección.
Los mercados deben esperar, entonces, un 2022 con tasas de interés crecientes, menores niveles de liquidez y sostenidas presiones inflacionarias, con todas las consecuencias que ello implica, especialmente para el valor de los bonos ya emitidos y los flujos de capitales hacia los mercados emergentes.