Una joya cultural y religiosa
Los manuscritos (como la palabra lo dice) son obras escritas a mano (manus scriptum) producidas desde la antigüedad en distintos materiales, de la piedra a la arcilla, de la madera al cuero de animales, del papiro al pergamino. Es el instrumento usado para transmitir relatos y creencias o conocimientos con anterioridad a la aparición de la imprenta de Gutenberg. El formato podía ser en hojas, rollos o cuadernillos cosidos con o sin tapas.
En nuestro país, el más antiguo se encuentra en el Tesoro de la Biblioteca Nacional. Es del siglo XIV, del francés Jean Buridan, sobre Aristóteles. No hemos encontrado otro anterior en otras bibliotecas públicas, universidades o entidades religiosas. Desconocemos la existencia en poder de coleccionistas o en sociedades privadas. Sin embargo, se guarda un muy antiguo rollo de Torá (Pentateuco) en la comunidad judía Chalom (Templo La Paz) de Buenos Aires, ahora en el renovado Museo del Holocausto. Se trata de un rollo sagrado que se lee en las sinagogas, es estudiado por rabinos o seminaristas y por los fieles.
Este Sefer Torá (libro de la Torá) fue escrito y utilizado en la España medieval y tiene unos 800 años de antigüedad. Mide 50 metros desenrollado y fue escrito en hebreo por un escriba erudito (sofer, en hebreo). Se realizó en la edad de oro de los judíos en Sefarad (España en hebreo), época en la que surgieron sabios, astrónomos, médicos, filósofos, poetas y escritores tales como Judá Levi, Ibn Gabirol y tantos otros. Entre ellos, el famoso Maimónides.
Permaneció en su tierra de origen hasta la expulsión de los judíos en 1492, decretada por los Reyes Católicos. Fue llevado al exilio por aquellos que se resistieron a la conversión y se dirigieron a otros destinos. Sus portadores se establecieron en la isla de Rodas, en el mar Egeo, hasta 1944, cuando estos descendientes de aquellos expulsados fueron deportados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, enviados al campo de exterminio de Auschwitz Birkenau y asesinados en la última operación de Eichmann, concretando la locura trágica del Holocausto, conocida como Shoá.
Este Sefer Torá se mantuvo oculto en una mezquita de Rodas, custodiado por el Gran Mufti –máxima autoridad religiosa musulmana– y entregado a los pocos judíos que regresaron al finalizar la guerra a la sinagoga Chalom de Rodas. Estos sobrevivientes entregaron al presidente de la Comunidad Chalom de Buenos Aires el Sefer Torá en 1984. Se trata de una reliquia histórica y religiosa, ya que los peritajes científicos y rabínicos confirmaron su antigüedad de ocho siglos.
Esta joya cultural y religiosa que pertenece a la Comunidad y Sinagoga Chalom de Buenos Aires corona estos días los 90 años de su constitución, en 1929.
En grata coincidencia se lo puede apreciar en el reinaugurado Museo del Holocausto (Shoá) de Buenos Aíres. Allí se podrán apreciar sus características y tener información de su historia y peripecias hasta llegar a Buenos Aires y convertirse en el manuscrito más antiguo existente en la República Argentina.
Vicepresidente de Fesera. Fundador y presidente honorario de Cidicsef
José Menasce