Una gesta de la producción y el trabajo
Los argentinos hemos pasado por innumerables problemas económicos. Podríamos decir lo de siempre: territorio rico, extenso y con todos los climas; crisol de razas sin enfrentamientos étnicos ni religiosos; niveles educativos y culturales iguales o superiores a la región; y una democracia consolidada desde hace más de 30 años. Pero también: pobreza y marginalidad creciente; destrucción continua de la cultura del trabajo y del aparato productivo; una estructura estatal ineficiente y brutalmente demandante, y consecuentemente una presión impositiva cada vez mayor; desaparición del acompañamiento financiero para el crecimiento económico y aparición de la usura bancaria en su único beneficio.
¿No será hora de que la política dé por terminadas estas etapas negativas e intentemos una gesta de la producción y el trabajo? Necesitamos una hazaña que transforme políticas improductivas, financieristas y generadoras de dependencia social en políticas productivas creadoras de actividad económica, dignidad laboral y humana.
Primero deberá haber un gran acuerdo nacional entre todos los sectores políticos, empresarios, gremiales, religiosos, sociales y profesionales, tendiente a instalar la gesta como prioridad. Los distintos niveles del Estado deberán realizar un significativo acompañamiento impositivo de al menos 10 años para nuevos sectores productivos que se instalen o incrementen su actividad creando trabajo. El BCRA deberá disponer que la banca pública y privada otorgue líneas crediticias de mediano y largo plazo para el sector productivo pyme, con tasas de interés por debajo de la inflación anual estimada en el presupuesto nacional.
Se deberá crear un Fondo de Desarrollo Productivo destinado al financiamiento de proyectos regionales fundados en la viabilidad del mismo y no en función del patrimonio de sus proponentes. Para ello, se destinarán fondos presupuestarios nacionales a través del Ministerio de Producción nacional. El Banco Nación será el depositario de los mismos y actuará como agente administrador. Montos, plazos de amortización e intereses estarán vinculados con la característica del proyecto aprobado, impacto regional y mano de obra a ocupar.
El perfil exportador argentino estará vinculado con la cuestión alimentaria, principalmente en productos agroindustriales con fuerte valor agregado, para lo cual se deberá fomentar su producción, con acompañamientos impositivos y crediticios, eliminación de retenciones y otorgamientos de reintegros. Idéntica situación se deberá propiciar para las nuevas producciones tecnológicas e industriales, donde la Argentina es altamente competitiva. La cuestión educativa deberá ocupar un lugar central. Sin capacitación ni formación no se podrá responder a las exigencias de la producción y la caída de empleos tradicionales, el nacimiento y requerimiento de nuevos sistemas laborales. Dentro del concepto del empleo moderno deberá resolverse su adecuación jurídica a esta gesta. Estado, dirigentes gremiales y empresarios deberán acordar y resolver este tema para beneficio del conjunto.
Solo saldremos de esta situación con profundas y decididas acciones tomadas en conjunto. Sin una clase dirigencial, política, gremial y empresaria suficientemente convencida de la realización de esta gesta, no se podrá concluir en la hazaña de transformar social y productivamente nuestro país.
Abogado; exintendente de San Martín, exministro de Producción de la provincia de Buenos Aires y exdiputado nacional