Sacrificio
El deber llama y la responsabilidad de un hombre público es siempre responder a esa demanda. No importa el sacrificio y menos aún la importancia de la misión.
Tampoco vale medir los antecedentes del convocado en relación con el nuevo destino. La patria siempre debe estar por encima del ego personal y de los intereses personales.
Es, además, de muy relativo valor si la nueva función pone una distancia con intereses concretos, e impide actuar y luchar en defensa de viejas luchas. Nadie vaya a pensar que el destinatario de la misión se aparta para avalar con su ausencia decisiones completamente contrarias a sus ideas.
No será obstáculo, por lo demás, tener que ir a cumplir con los propósitos nacionales a un país y una ciudad que en otro tiempo fueron sede de la condena al destierro.
Renunciar al cargo ya obtenido y garantizado es otro escollo que puede ser superado sin dificultades.
Es por eso que Fernando "Pino" Solanas cumplirá con el sacrificio que le demanda la patria por intermedio de los nuevos (y reincidentes) ocupantes de su gobierno y marchará a ocupar la embajada argentina ante la Unesco. París lo espera. La Argentina merece tal sacrificio.