Los debates sobre los beneficios, desafíos y peligros de la inteligencia artificial han llegado a los medios de difusión masiva. Ya no es un tema que se discute solo en ámbitos especializados. Cualquier lector medianamente atento lo habrá notado. Y también habrá notado que la información generalmente está muy relacionada con cuestiones tales como si es positivo o no que las máquinas "piensen" y tomen decisiones sobre nuestra vida, sobre las ventajas y desventajas de dejar a un robot actuar por nosotros, sobre el impacto en el mercado del trabajo, y un largo etcétera. Pero hay un tema que aparece, al menos por ahora, poco resaltado: la relación entre la utilización de nuestros datos personales y la inteligencia artificial. Poner sobre la mesa esta relación es clave y, además, necesaria.
Podría empezar tratando de dar una definición clara sobre la o las tecnologías que encierran lo que comúnmente llamamos inteligencia artificial. De acuerdo a mi propia experiencia, hay bastante confusión al respecto: unas veces se llama inteligencia artificial a la recolección masiva de datos; otras se entiende que inteligencia artificial son los algoritmos que utilizan los programas de computación para que gracias a ciertos datos de entrada produzcan datos de salida, y también, otras veces se interpreta que la inteligencia artificial tiene que ver con el mecanismo que, programas de computación mediante, utilizan las máquinas para "aprender" frente a ciertas eventualidades cotidianas y, a partir de ese aprendizaje, tomar decisiones. No quiero profundizar en el concepto, todo lo antes dicho sin duda está vinculado con algo de lo que llamamos inteligencia artificial. Pero se distingue que, sea cual sea la aproximación, hay un denominador común: inteligencia artificial y datos personales van de la mano.
Es por esa razón que las autoridades de protección de datos personales a nivel global nos venimos ocupando de este tema. En octubre del año pasado, por ejemplo, al final de la 40» Conferencia Internacional de Protección de Datos y Comisionados de Privacidad se aprobó la Declaración sobre Ética y Protección de Datos en Inteligencia Artificial. La Agencia de Acceso a la Información Pública de nuestro país, como autoridad nacional de protección de datos personales, además de haber participado en el grupo de trabajo que redactó la declaración, fue cosponsor de ella. En este documento, por ejemplo, se destaca que la ética debe estar presente desde el primer momento del desarrollo de un sistema de inteligencia artificial, aplicando los principios de "privacidad por defecto" y "privacidad en el diseño". O sea, teniendo siempre presente el resguardo de los datos personales.
Otro ejemplo: la República Argentina recientemente se ha incorporado como Estado parte del Convenio 108 para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal y su Protocolo Adicional, único tratado a nivel global que se ocupa de la protección de datos personales. Ello es beneficioso para nuestro país no solo por el aumento de cooperación internacional para investigar eventuales violaciones a los datos personales de quienes residen en la Argentina, sino también porque nos habilita a tener voz en las discusiones que a nivel global están sucediendo. En el tema que nos ocupa, a principios de este año el comité consultivo del Convenio 108 aprobó las Directrices de Inteligencia Artificial y Protección de Datos, en las cuales se explica que los desarrolladores de servicios de inteligencia artificial deben rendir cuentas sobre los algoritmos que utilizan con el fin de garantizar el cumplimiento de la protección de los datos personales, brindando los recursos suficientes que permitan su monitoreo a las autoridades de control.
Regresando a nuestro país, se ha anunciado la elaboración de un "plan nacional sobre inteligencia artificial", en el marco del cual se vienen realizando reuniones multisectoriales bajo la coordinación de la Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Es auspicioso que la agencia, como autoridad de protección de datos, haya sido invitada a participar de esos debates para que, en el desarrollo y diseño de ese plan, quede claro un tema clave: el tratamiento de los datos personales debe realizarse con pautas éticas y de conformidad con las leyes vigentes, aun cuando ello se vincule con cualquier tecnología relacionada a la inteligencia artificial. Así se está sosteniendo a nivel global y así debemos encarar cualquier discusión en la Argentina.
Director de la Agencia de Acceso a la Información Pública