Prepararse para nuevos empleos
Los pronósticos que a fines de los años noventa realizaban los gurús de la "nueva economía" sobre el comercio online se están cumpliendo en la actualidad. En la Argentina el comercio electrónico creció un 47% en 2018, llegando casi a los 230 mil millones de pesos según datos de la CACE. La cantidad de operaciones de compraventa en las plataformas electrónicas creció un 32% el año pasado, mientras que en el mismo período el consumo masivo se retrajo un 1% en nuestro país. Se estima que el comercio electrónico representa entre el 2 y el 5% del comercio minorista en la Argentina y mes a mes gana participación como canal de distribución. En Estados Unidos, ya representa entre el 9 y el 14%. Según el Informe Global Digital 2019, los usuarios argentinos de comercio electrónico gastaron en promedio 118 dólares por persona en 2018. El podio lo ostentan Estados Unidos (1952 dólares por usuario), Gran Bretaña (1639 dólares) y Corea del Sur (1533 dólares). Esto significa que, más allá de las diferencias de producto bruto per cápita, la Argentina tiene todavía un camino de crecimiento asegurado para el comercio electrónico.
Gran parte de los empleos del futuro (que ya son presente) estarán relacionados con esta realidad. Más allá del desarrollo de aplicaciones informáticas orientadas a la generación y promoción de estos canales de venta, también será cada vez más necesario contar con especialistas en logística. En un escenario no muy lejano, la cantidad de shoppings tenderá a disminuir, al tiempo que aumentarán los grandes depósitos automatizados y con servicios de alto valor agregado que permitirán bajar los costos de stocks y facilitarán los procesos de preparación y envío de todo tipo de bienes. Los niveles de eficiencia de las operaciones logísticas serán la clave que determinará una reducción de los precios para el consumidor y un incremento de la rotación para las empresas. Se abre una oportunidad gigantesca para las compañías locales de correo, mensajería y paquetería si son bien gestionadas. También habrá notorios avances en la optimización de la cadena de valor mediante entregas directas. En efecto, la logística será una de las áreas más dinámicas en la generación de empleo.
Otro campo que tiene un enorme potencial de desarrollo en los próximos años es la expansión de la economía colaborativa. La sociedad cuenta con gran cantidad de recursos con una tasa muy significativa de capacidad ociosa. El desarrollo de aplicaciones que pongan en contacto al propietario de distintos tipos de recursos sin uso con quienes los necesitan generará un impacto gigantesco de productividad que todavía resulta difícil de dimensionar. Uber o Airbnb son algunos ejemplos mundialmente conocidos de este tipo de soluciones. A nivel local, empiezan a desarrollarse startups similares en distintos campos, como por ejemplo AgroFinders, que vincula servicios orientados al agro, o Apprendo, que pone en contacto profesores y alumnos para clases particulares. Esta misma lógica puede aplicarse prácticamente a todos los sectores o servicios. Emprendimientos de este tipo florecerán en los próximos años y aquellos mejor organizados serán los que luego darán lugar a grandes empresas de intermediación.
El procesamiento de grandes volúmenes de información o big data será otro campo con un crecimiento exponencial. Tanto el comercio online como la economía colaborativa generan cantidades enormes de datos en forma permanente, que correctamente analizados permiten reconocer patrones de comportamiento, consumo y respuesta de los mercados. Quienes mejor puedan estudiar, analizar y trabajar con estos inmensos volúmenes de información contarán con un diferencial que permitirá reducir la incertidumbre y maximizar los resultados de cualquier tipo de emprendimiento.
Nuestro sistema educativo tiene que mantenerse atento a estas nuevas oportunidades y brindar herramientas a las futuras generaciones de jóvenes para que puedan aprovecharlas. Según los últimos informes oficiales, el 47% de los menores de 14 años en la Argentina son pobres. Si pretendemos una sociedad sostenible, esos chicos deben ser preparados para que en las próximas décadas puedan integrarse al sistema productivo. Es imprescindible diseñar e implementar lo antes posible las políticas educativas necesarias para abordar estos escenarios.
Miembro de la Academia Nacional de Educación