Otra Tierra, nuevas preguntas
En mi primer día en la universidad jesuita de Santa Clara, Silicon Valley, leyendo los portales de noticias argentinos, me encontré con un anuncio de la NASA sobre la detección de un nuevo exoplaneta terrestre, TOI 700 d, en la zona habitable de una estrella M, enana y fría, a 100 años luz de nuestra Tierra.
Este descubrimiento no es la primera detección de un exoplaneta terrestre -es decir, de características semejantes a la Tierra-, pero es el primero de TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite), satélite de la NASA destinado a observar tránsitos en 200.000 estrellas cercanas al Sol.
Este dato observacional más que dar respuestas suscita nuevos interrogantes. El creciente número de exoplanetas terrestres descubiertos en la zona habitable aumenta las probabilidades de un potencial "contacto" con una especie inteligente extraterrestre. Es así como la antigua pregunta: "¿Estamos solos en el universo?" adquiere renovado interés y sugiere nuevas cuestiones. ¿Qué es la vida? ¿Cómo se origina y evoluciona? ¿Cómo describir a un ser inteligente? ¿Qué es una civilización? ¿Sobre qué principios se basa? ¿Somos la primera y única civilización tecnológicamente avanzada en la historia del universo? ¿Podría un posible descubrimiento de la vida extraterrestre cuestionar nuestra cosmovisión?
La búsqueda de respuestas a estas cuestiones requiere un enfoque multidisciplinar. Por este motivo hace unos años formamos un equipo de investigación de esas características que llamamos Proyecto OTHER (Otros mundos, Tierra, Humanidad y Espacio Remoto), un laboratorio multidisciplinario de ideas sobre la búsqueda de otros mundos habitados. El equipo está conformado por astrónomos, biólogos, filósofos y teólogos (blog.ucc.edu.ar/other/quienes-somos/). Nuestro objetivo es aportar ideas que podrían ofrecer nuevas perspectivas a la búsqueda de vida inteligente extraterrestre en el universo.
Como señala Sara Seager, experta mundial en exoplanetas: "Cuando descubramos que otras Tierras son comunes y veamos que algunas de ellas tienen signos de vida, por fin completaremos la revolución copernicana, un movimiento conceptual final de la Tierra y la humanidad, lejos del centro del universo". Entre otros desafíos, esta investigación significa dejar de lado categorías científicas y filosóficas que pueden resultar rígidas cuando buscamos indagar algo completamente nuevo para la humanidad, como podría ser el contacto con seres inteligentes extraterrestres.
A propósito de la búsqueda de nuevas categorías, Nathalie Cabrol, astrobióloga y directora del Carl Sagan Center del Instituto SETI, invita a intentar nuevos caminos: "Para encontrar ET, debemos expandir nuestras mentes más allá de una perspectiva terrícola-céntrica profundamente arraigada y reevaluar conceptos que se dan por descontados".
Respondiendo a la llamada de Cabrol, durante el workshop "Decoding Alien Intelligence", nuestro equipo presentó en marzo de 2018, en el Instituto SETI, un trabajo en el que incluimos el factor espiritual en un nuevo enfoque multidisciplinar. Entre otras cosas nos preguntamos si una génesis espiritual es un producto necesario del proceso evolutivo cósmico u ocurrió en la Tierra por azar.
En los próximos días continuaré mi conversación con Cabrol, iniciada en 2016 durante un semestre sabático en Berkeley. Cabe notar que el Instituto SETI se encuentra en Silicon Valley, la meca de las nuevas tecnologías. ¿Será también la meca de ET?
Jesuita, doctor en Astronomía, investigador del Conicet-Universidad Católica de Córdoba, exdirector del Observatorio Vaticano