Nueva herramienta del antisemitismo
Desde 1959 el Estado de Israel por ley y los judíos en todo el mundo recuerdan hoy el exterminio de 6.000.000 de hebreos a manos de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. En estos días se recuerdan la muerte y la destrucción, pero también el valor de la vida, la resistencia y la lucha de aquellos que no querían morir como corderos mansos en el matadero.
Repasando la literatura para escribir este artículo vemos que la historia nos lleva a escenarios parecidos al actual, donde una pandemia como la del Covid-19 desató fuerzas en distintos países europeos, en los siglos anteriores, que terminaron con la persecución y muerte de los judíos. Es que en momentos en que los Estados y sus sociedades sufren alguna amenaza interna o externa, ciertos líderes políticos buscan chivos expiatorios para ocultar o justificar procedimientos y objetivos políticos. Sin ir más lejos, Hitler acusó y validó "científicamente" que los judíos transmitían enfermedades y también que eran los responsables de las calamidades económicas y sociales que sufría su país por haber perdido la Gran Guerra.
La actual pandemia allana el camino para crear escenarios propicios para narrativas conspirativas en contra de los judíos, a lo que debemos sumarle el hecho de que en la última década estuvieron ganando espacio dentro de las democracias europeas y en EE.UU. fuerzas políticas y sociales nacionalistas y autoritarias patinadas de un fuerte prejuicio racial, religioso y étnico. Las redes sociales, las fake news, la velocidad con que las noticias fluyen en el mundo y el exceso de información incontrolable son solo algunos elementos que ayudan a generar espacios virtuales que alimentan, difunden y promueven el odio y la violencia.
La debacle económica, la incertidumbre y el temor a lo desconocido son el caldo de cultivo preferido para la propagación del antisemitismo. En ese contexto hay estudios que han pasado inadvertidos, llevados a cabo por diversos gobiernos y organizaciones internacionales de derechos humanos sobre un fuerte aumento del uso de las redes sociales como vías para diseminar ataques antisemitas en diferentes partes del mundo, a través de relatos conspirativos que unen lo judío con el Covid-19. La gran diferencia es que en la Alemania nazi hubo una poderosa y aceitada maquinaria de propaganda estatal para diseminar esas suposiciones contra los judíos. Hoy la diseminación de estas creencias tiene alcance planetario, ya que cualquier persona crea una cuenta de Twitter o Facebook y transmite una información (real o no) o un video, convirtiéndose en tendencia mundial en segundos. Un estudio de Open Democracy dice que una búsqueda de Twitter de las palabras judíos y coronavirus del 20 de marzo al 3 de abril 2020 reveló la existencia de 10 tipos de teorías de conspiración antisemita que asocian al Covid-19 con la comunidad judía. Lo que les dio más fuerza a esos mensajes es que fueron escritos como noticias, como si fuera una realidad y no solo una opinión.
El antisemitismo que abreva en la extrema derecha, el islamismo, la izquierda radicalizado y sectores del catolicismo conservador puede encontrar en la actual pandemia el vehículo que está buscando para consolidarse y expandirse según sean sus diferentes modos de caracterización. Solo falta una chispa para que estalle una nueva ola de persecución. ¿Será esta la pandemia del Covid- 19? Pronto lo sabremos.
Doctor en Ciencia Política; director del posgrado en Asuntos Argentinos en la facultad de Derecho de la UBA