"Malentendidos"
"Se malinterpretó el 'vamospor todo'"
(De Mariano Recalde.)
En una reciente entrevista periodística, Mariano Recalde, candidato a senador porteño por el frente de los Fernández, se quejaba sobre la interpretación -mala, a su juicio- que se le dio a la frase de Cristina Kirchner "vamos por todo". "La sacaron de contexto. La idea -afirmó Recalde- era profundizar, mejorar; un 'vamos por más'. No tenía en absoluto esa carga absolutista y autoritaria que le quisieron dar".
Recalde no lo dijo directamente. Ni falta que hace. Pero esa "mala intención" es adjudicada a la prensa que leyó en aquel "vamos por todo", expresado por la entonces presidenta durante un acto en Rosario, un "vamos por todo el poder" del que precisamente aquel gobierno iba dejando huellas en el camino por dominar a la Justicia, acallar a la prensa independiente, "escribanizar" al Congreso o escrachar públicamente a opositores.
En cambio, haber tomado nota de las fuertes críticas de Alberto Fernández hacia Cristina durante el extenso "pimpinelismo" que los enfrentó como perros durante años no podrá ser nunca adjudicado a una mala interpretación periodística, aunque ahora lo que parece molestar no es aquel hecho en sí mismo, sino que la prensa lo recuerde.
Para aventar futuros "malentendidos", dejamos constancia aquí de lo que pregonan hoy conspicuos referentes kirchneristas que dicen adscribir a la moderación, pero que está visto que prefieren ir por más. El exjuez de la Corte Eugenio Zaffaroni, por ejemplo, reclamó "hacer una nueva Constitución". Con él coincidió la titular de Justicia Legítima, Cristina Caamaño. El candidato a gobernador bonaerense Axel Kicillof habló de la necesidad de impulsar un "control de capitales" -que Macri finalmente impuso acotando el cepo del propio Kicillof como ministro-, y El Manifiesto Argentino, la nueva Carta Abierta, planteó eliminar el Poder Judicial, desconocer la deuda externa, reformular el sistema parlamentario y suspender la importación de todos los productos que producen en el país.
En favor del kirchnerismo hay que decir que no es el único vapuleado por la realidad. Macri tardó en digerir la paliza de las PASO, que salvaron a Massa de hundirse en el barro de la contradicción y bajaron un tranco a Lavagna de su pedestal.
Como dice el amigo Harry Ingham, "si no fuese por las lamentables consecuencias, uno podría definir a la política argentina como una tragicomedia escrita por un psiquiatra borracho".