Buenos muchachos
"Hugo es un dirigente gremial ejemplar".
(Del presidente Alberto Fernández respecto del jefe sindical, Hugo Moyano)
El presidente Alberto Fernández actúa, cada vez con más asiduidad, con reflejos del año 2003. Da la impresión, por algunos de sus últimos gestos, de que ha decidido plantarse frente a la crisis del coronavirus del mismo modo que lo hizo Néstor Kirchner en el arranque de su gobierno frente a las llagas abiertas de la crisis de 2001: eligiendo enemigos y rodeándose de aliados que le puedan garantizar sustentabilidad política y tranquilidad en la calle. Fue el esquema de alianzas con barones del conurbano, caudillos provinciales y sindicalistas poderosos. Entre estos últimos estaba Hugo Moyano, el poderoso jefe de los camioneros.
Moyano, como los empresarios a los que Fernández llama "miserables" y fueron elegidos como sus nuevos enemigos en los tiempos de la pandemia, representa el poder permanente en la Argentina de las últimas décadas.
La contracara de los ataques lanzados contra los empresarios son los elogios azucarados del líder sindical. "Hugo es un dirigente gremial ejemplar. Los empresarios no lo quieren porque cuida a los suyos; nunca cedan, sean como él", aconsejó el mandatario en un acto de reinauguración de un sanatorio del gremio de los camioneros, que fue refaccionado por la empresa que preside Liliana Zulet, esposa de Moyano. No fue solo eso, para regocijo de "el inmenso Hugo": "Durante muchos años, quisieron hacerles creer a los argentinos que el problema de la Argentina eran los políticos y los sindicalistas. Pero el problema de la Argentina es la gente que piensa que sobra gente, no los que creemos que todos tenemos un lugar. El problema son los que especulan y no creen en construir un país trabajando y produciendo".
Dirigiéndose directamente al jefe sindical -cuya distinción ha provocado un sacudón en la CGT-, Fernández también envió un mensaje al interior del kirchnerismo: "Dijimos que íbamos a volver mejores. Estamos siendo mejores, Hugo, estamos siendo mucho mejores". Tal vez porque eran peores, según ese razonamiento, Moyano tejió una alianza con Mauricio Macri que le permitió a este ganar la presidencia en 2015 frente al anterior candidato de Cristina, Daniel Scioli.
"A mí me confunden -dijo Moyano-. Creen que yo que soy morocho, feúcho, laburante... creen que un tipo como yo no puede ser bueno". Un buen muchacho.