Alberto for export
"No puede haber un gobierno peronista con peronistas presos"
(De Julio de Vido.)
Que desdolarice la economía y rescinda contratos a las empresas que se resistan a la pesificación, que le dé a la maquinita y que intervenga el Poder Judicial de Jujuy para liberar a Milagro Sala. Que congele precios y salarios, que reactive la Junta Nacional de Granos y le dé para adelante con la reforma agraria. Alberto Fernández está recibiendo demasiados "consejos" de sus compañeros peronistas. Los amigos del poder -del poder al que en breve le tocará estar de turno- no tienen paz. Pretenden influir en todo, sacar su tajadita y no entienden que el pobre hombre no tuvo todavía ni tiempo para ocuparse de elegir el gabinete como para estar pensando en cumplir los deseos del Frente de Resistencia al Gobierno Macrista (Fregoma), ajustador, salvaje e insensible.
Con razón anda de avión en avión recogiendo apoyos o dándolos en el exterior. El panorama está más claro afuera: Evo no hizo fraude, sino que fue víctima de un golpe; el Pepe Mujica odia a Bugs Bunny tanto como él; todos los condenados por corrupción merecen estar libres como Lula; López Obrador es el mejor ejemplo mexicano a seguir por el victimismo progresista conspiratorio; Bolsonaro es el mayor victimario del progresismo victimista conspiratorio, y hay que apoyar a Daniel Martínez, del Frente Amplio, para que Uruguay no cambie de mano, se alíe con Bolsonaro y, junto con la derecha paraguaya, firmen el acta de defunción del Mercosur.
Alberto for export podría ser el eslogan de este momento de la transición presidencial. No es que Fernández le rehúya a su país, sino que hay invitaciones imposibles de rechazar, como la entrevista que le hizo para el canal Rusia Today Rafael Correa, expresidente de Ecuador, prófugo de la Justicia, con pedido de prisión preventiva por sobornos y orden de captura por secuestro de un dirigente opositor.
Alberto es abogado, profesor de Teoría del Delito. Nadie mejor que él para entender a los reos. De allí, la ilusión de Roberto Baratta y Lázaro Báez, por ejemplo. Desde la cárcel, Baratta dijo que se siente "contenido" por los dichos de Fernández en el sentido de que las causas por corrupción contra el kirchnerismo debían ser revisadas y los jueces y fiscales, dar explicaciones. Para Báez, en tanto, los verdaderos ladrones son los macristas, "que destruyeron el proyecto nacional y popular".
Pero, sin dudas, el más esperanzado fue Julio De Vido cuando dijo que "no puede haber un gobierno peronista con peronistas presos".