Colores
KARACHI, PAQUISTÁN.- No sabremos jamás si este paseante paquistaní lleva teñido el pelo con henna porque le asigna a ese tinte natural alguna propiedad benéfica o si se trata tan solo de un extravagante con aires de David Bowie en Aladdin Sane que se echó a descansar a la vera de una calle cualquiera. Desde tiempo imemorial se le ha adjudicado a la henna propiedades de toda índole. En la India, suele utilizársela en las palmas de las manos, las plantas de los pies y el cabello, en bodas y otras festividades, para favorecer la fertilidad o llamar a la fortuna. No vamos a saberlo, sin embargo, porque también los hombres paquistaníes, lejos de cualquier idea religiosa o superchería, también padecen de coquetería. Un estudio señala que, en promedio, los que viven en regiones urbanas pasan veinte minutos frente al espejo acicalándose. Muchos de ellos, amparados en esa larga tradición decorativa, usan henna para cubrirse las canas.