Cinco tips para ahorrar por primera vez
“Nunca ahorré y ahora quiero empezar pero no sé cómo”. Si te sentís identificado con esta frase, no te pierdas las próximas líneas. ¿No tenés experiencia en temas de ahorro pero entendés que no se puede vivir el día a día como si no hubiese un mañana? ¿Sos de los que un día empiezan a comprender que la falta de dinero los somete a trabajar constantemente en proyectos ajenos, la mayoría de las veces estresantes y aburridos?
A continuación, cinco tips para aprender a ahorrar utilizando los argumentos correctos:
1) Buscar el estímulo adecuado:
Todo esfuerzo que hagamos tiene más posibilidades de éxito si tenemos claro cuál es el estímulo que nos lleva a realizarlo. Por lo tanto, deben evitarse dos errores típicos:
a) No se define el motivo de fondo sino que la conducta se sostiene a partir de un frágil “hoy ahorro y mañana veré que hago”.
b) El estímulo se vincula con el consumo (cambiar el televisor, comprar un auto nuevo, viajar, etc.), por lo que regresaremos constantemente a foja cero.
En la nota “3 claves sencillas que te estimularán a ahorrar” presenté las bases para centrar la atención en el estímulo más potente de todos: la inversión, es decir, generar más dinero con nuestro dinero.
Por eso, muchas veces hay que abandonar el sentido común y aceptar que aprender a invertir es fundamental para comenzar a ahorrar. Cuando la gente me pregunta: “¿Para qué aprender a invertir si no tengo dinero para hacerlo?” Mi respuesta es: porque saber cómo generar ingresos con inversiones te entusiasmará tanto que harás el esfuerzo necesario para ahorrar.
2) Conocer los cuatro tipos distintos de ahorro:
Allí donde nosotros vemos nieve, un esquimal ve hasta 30 tonalidades distintas de blanco, lo que les permite discriminar entre distintos tipos de nieve para detectar cuándo un piso es sólido y cuándo no. En finanzas personales sucede algo similar: existen distintos tipos de ahorro y conocer las características principales de cada uno de ellos es un requisito fundamental para tener éxito en el camino hacia el crecimiento financiero.
El primer tipo es el “ahorro para emergencias”: El monto de dinero equivale a 6 meses de ingresos actuales y debe ser colocado en algún tipo de inversión de muy bajo riesgo y fácil acceso o convertido a una moneda dura como el dólar.
El segundo tipo es el “ahorro de seguridad”: El monto equivale a más de un año y medio de ingresos. Alcanzarlo nos permite pararnos en un lugar distinto en la vida y tomar decisiones más importantes en lo que refiere a nuestro futuro laboral, puesto que disponemos de un “colchón” que nos brinda mayor flexibilidad y también nos permite, en situaciones de crisis económicas generalizadas, aprovechar las oportunidades de inversión.
El tercer tipo es el “ahorro para consumo”: El objetivo puede consistir en mejorar nuestra calidad de vida o aparentar un status que no tenemos. En ambos casos, se trata de situaciones que aportarán poco a nuestra sensación de felicidad.
El cuarto tipo es el “ahorro para invertir o emprender”: Nos permite generar ingresos pasivos, los liberadores de tiempo por excelencia. Una buena motivación pasa por calcular nuestro “cash flow” de la felicidad. Es el monto mensual que deberíamos recibir para vivir sin tener que trabajar para otros. Si, por ejemplo, ese monto fuera de 30.000 pesos, entonces debemos calcular cuánto dinero necesitaríamos invertir en distintos instrumentos para generar esos ingresos. Esta nota puede servirte de guía.
3) Páguese usted primero:
La mayoría de la gente comete el siguiente error al momento de plantear su estrategia de ahorro: cobra el sueldo, gasta y ahorra lo que le queda. El resultado de esa fórmula termina aproximándose casi siempre a cero. Se va todo el dinero en gastos fijos y variables.
El concepto de “páguese a usted primero” proponer separar al menos un 10% del ingreso mensual al momento de percibirlo, para luego encarar los gastos. Una buena estrategia consistiría en solicitarle al banco que compre automáticamente cuotapartes de fondos comunes de inversión de renta fija o similares con el 10% de la acreditación del salario. Así, iremos acumulando un monto importante de dinero que nos permitirá acceder a otro tipo de inversiones en un futuro no muy lejano.
Si el banco donde tenemos cuenta sueldo no ofrece el servicio automatizado, deberemos realizar la compra de cuota partes en forma manual a través del homebanking. Es realmente muy sencillo.
¿Cómo haremos para afrontar luego las erogaciones mensuales? Nuestra misión consistirá en economizar, asignando de manera eficiente los recursos un 10% más escasos.
4) Aprender a ahorrar en el tiempo y en los gastos:
El ahorro no se genera cuando separamos una parte de los ingresos sino que consta de otras etapas anteriores que están sustentadas en una actitud determinada frente a la vida.
El ahorro de primer orden aparece en la administración del tiempo y en la generación de ingresos: si pasamos 4 horas trabajando y otras 4 horas “haciendo que trabajamos”, podemos sentirnos muy vivos porque nos pagan por el doble de nuestra labor real, pero lo cierto es que estamos malgastando nuestro tiempo, puesto que podríamos estar generando ingresos en forma inteligente durante esas horas en lugar de vivir esforzándonos por aparentar que trabajamos.
El ahorro de segundo orden aparece en el gasto: Pedir varios presupuestos antes de gastar en un producto o servicio, aprovechar promociones con tarjetas en gastos necesarios, utilizar la tecnología para comprar más barato (cupones de descuento, empresas de Fintech que “puentean” a los intermediarios reduciendo costos, etc).
5) Entender la importancia de la tasa de ahorro por sobre la tasa de inversión:
En su nota“Here is why your savings rate is more important than your investments’ returns” (“Esta es la razón por la cual la tasa de ahorro es más importante que el retorno de sus inversiones”), Anora Mahmudova nos obsequia el siguiente razonamiento: Si ahorrás el 5,5% de tu ingreso mensual y lo invertís al 1% anual durante 30 años, tendrás una riqueza superior que ahorrando el 1% de ese ingreso para invertirlo al 10% anual. No pongas más excusas: ahorrar es el paso fundamental a la hora de invertir.
Conclusión
“Decisiones fáciles, vida difícil. Decisiones difíciles, vida fácil.” Jerzy Gregorek
Incorporar el hábito del ahorro como cualquier otro hábito nuevo puede resultar complicado en un comienzo, pero luego de 66 días nuestro cerebro se “reprograma” y comenzaremos a ahorrar “sin darnos cuenta”, siempre y cuando las motivaciones hayan sido las correctas y los objetivos trazados realistas y razonables.
Si comenzás a ahorrar ahora mismo, de acá a 5 años podrás mirar para atrás y darte cuenta de que tomaste una de las mejores decisiones de tu vida. Decisiones fáciles, vida fácil será la definición más acorde con la realidad que te tocará vivir.