Cinco obras para explorar el universo del escultor Jorge Gamarra
La gran retrospectiva en el espacio de arte de Fundación OSDE contempla el progreso de una obra contundente y siempre original
La muestra actual de Jorge Gamarra en el Espacio de Arte de la Fundación Osde es una ocasión ineludible para conocer la obra, o reencontrarse con ella, de uno de los artistas más destacados de la Argentina, renovador de la escultura junto con Víctor Grippo, Enio Iommi y Gyula Kosice.
Jorge Gamarra-Retrospectiva: Materia/Forma/Símbolo agrupa en cuatro ejes temáticos 90 obras de una belleza tan elegante como rotunda. Formas simples, ligeramente moduladas; materias concretas en las que subsiste lo blando y tótems de una humanidad volcada a la transformación de la naturaleza coexisten hasta el 22 de octubre en el primer piso de Suipacha 658.
Gamarra nació en Buenos Aires en 1939. Sus estudios secundarios como modelista industrial le permitieron desarrollar varios oficios y comprender a fondo el valor de las herramientas y del trabajo con los materiales más diversos: granito, madera, acrílico. Recibió varios premios de los salones nacionales y municipales y en 2009 fue incorporado a la Academia Nacional de Bellas Artes.
Antes de la actual exposición, había realizado dos retrospectivas: una en el Museo Nacional de Bellas Artes y otra en la sede del MNBA en Neuquén. Sus obras integran colecciones públicas y privadas, e incluso se hallan emplazadas en espacios abiertos en Puerto Madero, el campus Miguelete de la Universidad Nacional de San Martín y el parque escultórico de la ciudad chaqueña de Resistencia.
“La vigencia de su trabajo tiene que ver con el valor de lo clásico en su obra y cómo siempre le da un giro que está bien lejos de las resoluciones formales previsibles –dice María José Herrera, investigadora en arte argentino y curadora de la muestra-. Su geometría no es la de las formas ideales. Es una geometría connotada por el gesto, por la mano y también por el símbolo. Eso produce un desvío en las expectativas del que mira y lo hace más atractivo.”
Las esculturas de Gamarra favorecen la circulación de los espectadores: esbeltas o concretas, monumentales o discretas, invitan al rodeo, al registro y a la participación activa. “La escultura representa un espacio a la vez que es un objeto espacial. Es un cuerpo e inexorablemente remite al cuerpo, y se conecta con el cuerpo del que la contempla”, señala Herrera. “Gamarra es muy consciente de esto.”
Toda elegancia es poética
“Son obras muy estéticas con la elegancia de lo mínimo -agrega Herrera-. En las herramientas, por ejemplo, hay una gran fuerza expresiva por la materia rústica y el objeto. El objeto-herramienta es un manifiesto en su poética: belleza y utilidad son inseparables.” Varias series de herramientas (hachas, compases y serruchos) suman una dimensión antropológica a la muestra. En la obra de Gamarra, el trabajo del escultor no se oculta.
“Su oficio es conceptual, no meramente manual. El oficio son las invenciones que él, cada vez que acomete la materia, debe hacer. Las herramientas apropiadas para cada caso son parte de esas invenciones. Para Gamarra, el oficio es una forma de conocimiento cuyas tesis e hipótesis quedan encriptadas en la materia”, comenta Herrera, también directora del Museo de Arte Tigre.
Desde comienzos de los años sesenta, Gamarra revitalizó la talla en madera, técnica tradicionalmente ligada a la artesanía. En la muestra de Fundación OSDE, un repertorio de maderas autóctonas, como el quebracho, el paraíso y el palosanto, adquieren un protagonismo trascendental.
Hacha, 1996
El contraste entre el pulido del granito y la rusticidad de la madera en una de las esculturas totémicas de Gamarra, que vincula el oficio del escultor con el trabajo y la manipulación de herramientas para transformar el mundo.
Alquimia del cilindro, 1983
Geometría desbaratada por la acción de un gesto sobre la madera. El cilindro aparece “aplastado” y la forma convencional adquiere una presencia extraña.
Cadencia, 1998
La ficción del movimiento se produce por una ondulación en la materia. La forma geométrica se aleja y llevan a obra a los márgenes del realismo.
Desprendimiento, 2006
El juego de la falsa maleabilidad de los materiales. Como con un golpe de hacha al granito, se conmociona la materia.
Fósil II, 1999
¿Puede haber fósiles de las herramientas humanas? Gamarra rinde homenaje a la inventiva ancestral del ser humano. El fósil es, a su vez, escultura y naturaleza.