Ruedas
Los episodios de inseguridad sin violencia física en una sociedad saturada de delitos graves nos han llevado a una situación de naturalización de esos hechos como parte de la vida cotidiana. "¡Tenés que agradecer que no te pasó nada!", dicen a modo de consuelo si desvalijaron la casa en tu ausencia o se llevaron la bicicleta que estaba con candado en una reja. O como le dijeron a una mujer, que ingresó en un edificio público en La Plata y dejó su auto en un sector que funciona como un estacionamiento y al salir, unos minutos después, se encontró con que le habían robado dos ruedas. ¡A las 10 de la mañana y en una zona con alto tránsito! Se puede argumentar que nadie vio a las dos o más personas sacando las ruedas del auto, que quedó apoyado en las masas y los discos de freno y en las otras dos ruedas, porque se trató de uno de los primeros días del año, con menos gente de lo habitual en la zona.
Según los vecinos, cada tanto aparece algún auto con una o dos ruedas menos. Un médico, también vecino del lugar, contó que tomó la decisión de colocar tres tuercas de seguridad por rueda en su automóvil para que a los ladrones les cueste más desarmarlas. "Pero si los veo desde la ventana robándolas, yo los pongo", advierte sin pestañear.