Alemania
Viajeros de alma, los alemanes se reparten por todo el planeta, y como en los últimos 60 y pico de años el país funcionó realmente bien, viven sin mayores problemas. Sus euros (antes marcos) les permiten un nivel de vida más que razonable.
Durante 58 años, los diarios alemanes impulsaron otro tipo de viaje, un interesantísimo ida y vuelta con el mundo en castellano a través de una sigla, dpa, que significa Deutsche Presse-Agentur. Por esa dpa llegaba, en centenares de miles de cables de agencia de noticias en nuestro idioma, la visión alemana del mundo a medios de muchos países, entre ellos la Argentina. Y el camino se hacía también en sentido inverso, con historias y visiones desde este lado que encontraban vida impresa, digital y televisiva en los medios alemanes. Acá se aprendía de los alemanes y allá se aprendía de nosotros. Enorme contribución al entendimiento entre dos culturas, aunque difícil de cuantificar.
Mucho más ahora, que la dpa decidió reducir a vida cuasi vegetativa su servicio en español. Sufre el periodismo y pierden los lectores. Y mientras la democrática Alemania deja libre un lugar clave en la región, China, ojos bien abiertos, ya está en las gateras.