De los lectores: cartas & e-mails
Miremos a Singapur
Es una muestra de inteligencia mirar nuestra historia y lo que pasa en otros países. Todas las estatizaciones argentinas fueron calamitosas, desde los ferrocarriles, que se pagaron una fortuna, cuando en dos años Inglaterra por contrato los tenía que devolver sin mediar pago. Hubo un caballero inglés que trajo un millón de libras para "facilitar" el trámite. Gasalla personificó magistralmente al empleado público en su programa. Los invito a que miremos a Singapur. Los alumnos de la escuela son diferenciados según sus capacidades y comportamiento. Los mejores son invitados a grupos de máximo rendimiento. Todos hacen un pregrado en las mejores universidades del país y un posgrado en el exterior. Cuando retornan tienen un sueldo envidiable y un Mercedes Benz para su uso. Saben cuáles son sus opciones: solo dos, ¡o son docentes o empleados públicos! Los mejores, una elite intelectual que maneja el Estado y la docencia. Tanto las escuelas públicas como las empresas estatales de todo tipo son altamente superiores a las privadas. Las escuelas públicas y las empresas públicas nuestras son ineficientes y corruptas.
O cambiamos nuestra política o no hagamos públicas empresas privadas como Vicentin. En sus ineptas manos, solo generaran más impuestos para pagar sus quebrantos.
Juan Carlos Parodi
DNI 4.396.466
Quedarse con todo
Señoras y señores, en más de medio año de gestión, el kirchnerismo, con Cristina a la cabeza y Alberto acatando órdenes, está empezando a asegurarse impunidad para hacer y deshacer como ellos quieren. Utilizando el coronavirus como excusa, el procurador Zannini dictaminó que se le debería devolver la pensión vitalicia al exvicepresidente Boudou, quien estuvo preso y aún sigue acusado por corrupción. A esto se le suma la expropiación de Vicentin, ya puesta en marcha por el Presidente mediante un decreto. El proyecto con ese fin seguramente se aprobará en el "Congreso virtual" que tanto quiso la vicepresidenta.
Señor Fernández, hay tres poderes en el Estado, los cuales son independientes. Deje actuar a la Justicia, deje que se cumplan los procesos correspondientes. No nos tomen por tontos, no quieran quedarse con todo porque el pueblo no se los va a permitir.
Simón Larrubia
DNI 40.094.109
Justicia y humanidad
El papa Francisco, en su exhortación apostólica Evangelii gaudium, nos recuerda y actualiza la íntima relación que existe entre la confesión de la fe y el compromiso social: "La aceptación del primer anuncio, que invita a dejarse amar por Dios y a amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás" (n. 178). Ello también nos abre el corazón hacia la necesidad de reparación y de arrepentimiento. A comienzo de este año, un diputado de la Nación que valoro y aprecio me decía entre risas y a modo de sentencia: "No te conviertas en el sindicalista de los militares". Ante el inesperado consejo le respondí que tendríamos que buscar, juntos, caminos de encuentro en la verdad y siempre en la justicia. Esas palabras me hicieron pensar sobre la realidad en cuestión y rezar al respecto.
Como creyente, no puedo callar y quedarme en la comodidad del silencio cuando, en este tiempo, y en nuestra querida Argentina, se sigan lesionando judicialmente derechos de muchos, en particular de aquellos fieles que la Iglesia me ha confiado. Debemos buscar la justicia con "hambre y sed" ya que "la justicia empieza por hacerse realidad en la vida de cada uno siendo justo en las propias decisiones, y luego se expresa buscando la justicia para los pobres y débiles" (exhortación apostólica de Francisco Gaudete et exsultate, n. 79). Sabemos que un país sin Justicia va a la deriva y peligramos todos. Sabemos también, y lo experimentamos, que la Justicia está herida. Debemos recuperar la auténtica credibilidad en la Justicia, sin ideologías, sin partidismos, en el trabajo arduo y difícil en la búsqueda de la verdad. Pero más allá de la Justicia me preocupa la ausencia de humanidad. Es inhumano el trato de muchos detenidos que más allá de sus situaciones personales son mayores con muchos años a cuesta, enfermos y algunos excedidos en los tiempos legales de la prisión preventiva. Su situación de detención ya no se presenta como justicia. La ausencia de humanidad manifiesta un acto injusto y no pocas veces se parece mucho, mucho a venganza. A estos detenidos también podemos llamarlos nuevos pobres. Pobres en el sentido de carencia, ya que ellos carecen de respeto, de voz, de verdad, carecen de objetividad y de debido proceso. Les aseguro que no es exagerado decir que "son pobres entre los pobres".
Por cierto, no estamos de acuerdo y repudiamos profundamente cualquier violación de los derechos humanos. De esta manera, no se puede comprender que se recurra a prácticas que, intentando ser ejemplares, desembocan en situaciones de flagrante violación a ellos. Como señalé en otra oportunidad, nos urge tender verdaderos puentes que custodien el restablecimiento de los principios que han custodiado en los dos últimos siglos los derechos humanos de todos los habitantes del mundo civilizado. El cimiento de una república, de un verdadero Estado de Derecho, no debe ser el odio. Sin verdad, sin justicia, en fin, sin humanidad, no será posible una paz estable y sólida sobre los principios republicanos que dieron origen a nuestra querida Nación.
Santiago Olivera
Obispo para las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad Federales de la República Argentina
DNI 12.566.508
Expediente digital
En el Poder Judicial de la Nación el papel es el medio físico empleado desde 1862. Durante un siglo el único avance en favor de agilizar el trámite de expedientes fue pasar de la pluma y el tintero a la máquina de escribir. A mediados de marzo el virus resultó ser el revulsivo del statu quo de la Justicia nacional. El 13 de abril se ordenó mudar las oficinas a las casas de parte del personal. No hubo entrega de equipamiento adecuado ni capacitación. El calamitoso procedimiento de inicio de causas basado en correo electrónico atiende menos de la mitad de las que se ingresan en tiempos regulares. Nada se sabe sobre la capacidad de respuesta de los juzgados. El horario de trabajo se ha duplicado y las dotaciones de personal están reducidas. En la creencia de que este modo de gestión es un éxito, se piensa en continuarlo. El trabajo presencial y el trabajo remoto deberían ser opuestos y complementarios. Pero el trabajo remoto solo, tomado como una solución, no sería la bala de plata que terminaría con el inmortal expediente papel y nos llevaría mágicamente al ignoto expediente digital.
Claudio Rodríguez
Prosecretario administrativo, Secretaría de Informática Justicia Nacional en lo Civil
DNI 13.481.840
Uso de la tecnología
En esta cuarentena el uso de las redes sociales aumentó considerablemente. Esto indica que los dispositivos electrónicos se usan cada vez más, tanto para trabajar, estudiar e informarse como para comunicarse con amigos o incluso ver videos y fotos en redes sociales. Sea cual fuere la razón, hay que ser moderados en nuestro tiempo frente a la pantalla, ya que no es sano para la salud. Uno se preguntará, ¿cómo podemos reducir el tiempo que dedicamos a la tecnología? Lo que yo hago es activar un temporizador que me indique cuánto tiempo estoy pasando en Instagram, ya que las redes sociales pueden ser muy adictivas y constantemente aparecen videos o fotos nuevas. ¿Qué actividades podemos hacer para reemplazar el tiempo que pasamos en los sitios webs? Leer, pintar, escribir, aprender a tocar un instrumento, y muchas cosas más. ¡Aprovechen el tiempo! De lo contrario, en el futuro mirarán para atrás y se arrepentirán del tiempo perdido. ¡Ánimo! Todos podemos mantener una rutina saludable en esta cuarentena.
Josefina Madero
DNI 46.751.679
A la espera del título
En julio de este año se cumplen dos años desde que inicié mi tramitación de título de psicología en la Universidad de Buenos Aires. La burocracia en las distintas instancias de la universidad, así como del Ministerio de Educación, han demorado este proceso y han sido un obstáculo para acceder a este documento tan importante para cualquier profesional. Mi situación es similar a la de muchos psicólogos, compañeros de carrera, que hoy en día no pueden ejercer su profesión porque la Facultad no les entrega el título de grado. Debido a la contingencia –la crisis del Covid-19– las autoridades señalan que no hay gente trabajando ni en la Facultad ni en el Ministerio, sin tener conocimiento de cuándo se reanudará la actividad administrativa. La incertidumbre y la frustración de los estudiantes ante esta realidad es generalizada; pues existe noticia de que otras facultades de la misma casa de estudio –por ejemplo, odontología y medicina– están entregando los títulos universitarios e incluso haciendo una ceremonia para los graduados. ¿Por qué, si en otras facultades se habilitan condiciones de posibilidad, en la Facultad de Psicología no? La ley nacional de educación superior 24.521 establece en su artículo 40 el plazo de ciento veinte días corridos para la expedición de títulos universitarios, lo cual constituye una utopía al día de hoy. En el caso de los graduados de psicología de la UBA, en la mayoría de los casos, la espera es considerablemente mayor. Este escenario afecta la situación laboral de todos quienes ya somos psicólogos y, al mismo tiempo, nos sitúa en una condición de precarización laboral en un tiempo de crisis en el que la salud mental de todos –niños, adolescentes, adultos– debiera ser prioridad nacional.
Carmen Gloria Romero Olivares
carmenromer4@gmail.com
En la Red
Alberto Fernández: "Querían salir a correr y a pasear, salgan; ahí están las
consecuencias"
"Se comprobó que las actividades al aire libre no contagian. Quiere culpar de su fracaso a los que corren, que viajaron, etcétera. En tanto, él estuvo a los besos y abrazos en Formosa"- Nora Busso
"Correr no me importa… que se prohíba si quiere, pero trabajar es prioridad, no todos somos mantenidos por subsidios"-Mariela Bucarey
"Me parece una falta de respeto de parte del Presidente a los ciudadanos"-Fernanda Fera
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