Cartas de lectores: Vuelo, promoción industrial, Indec
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Vuelo
Argentina levanta vuelo. Ojalá que este título en la nacion, con motivo de la merecida victoria del seleccionado de fútbol ante Polonia, se repita pronto con logros de aún mayor envergadura, adonde en lugar de once jugadores en la cancha haya cuarenta y siete millones. Es claro que, también para eso, se requerirán disciplina y un intenso entrenamiento.
Harry Ingham
DNI 4.149.607
Promoción industrial
Tierra del Fuego tiene un régimen de promoción industrial que subsidia todo el país. Esto llevó al gobernador Gustavo Melella a tomar medidas populistas, aumento de sueldos, reducción de la edad jubilatoria, entre otras, que difícilmente las hubiera tomado sin ese subsidio. Es hora de acabar con semejante despilfarro de dinero que pagamos todos.
José F. Ponce
jose.ponce.1988@hotmail.com
Kestelboim
Ingresé en la Facultad de Derecho de la UBA para iniciar mi carrera de abogacía en 1965, donde cursé el ciclo básico, las 28 materias teóricas y los 2 cursos de práctica forense, y me gradué de abogado a principios de abril de 1972. Fue una época en la que ninguna nota era regalada y para dar los exámenes teníamos que haber estudiado bien la materia a rendir. Los profesores de cátedra eran verdaderos maestros del derecho. Después de recibido cursé los dos prácticos de notariado, y me recibí también de escribano a fines de 1973. El 25 de mayo de 1973 accedió a la presidencia de la Nación el doctor Cámpora, y diez días después el doctor Mario Kestelboim fue designado delegado interventor de la facultad (un decano de hecho) y luego decano, en abril del año siguiente, cargo que ejerció poco tiempo, hasta su renuncia, en septiembre. Al momento de ser designado, Kestelboim contaba con 33 años y carecía de los antecedentes y títulos académicos acordes para ocupar tan importante cargo. Tras recibirme de escribano a fines de 1973, me inscribí al año siguiente para estudiar las carreras de Criminología y Criminalística, las que podían cursar solo los graduados, miembros jerárquicos de las fuerzas de seguridad y del Poder Judicial, es decir, personas con estudios terciarios. La gestión de Kestelboim al frente de la Facultad de Derecho fue francamente desastrosa en todo sentido. El desorden y la anarquía fueron totales. Desde la falta de limpieza de la facultad hasta la pobreza académica. Destacados profesores fueron echados de sus cátedras –algunos a los empellones– y reemplazados por otros politizados y de tendencia política afín al gobierno de turno. En algunas de las clases a las que asistí en la nueva carrera que emprendía entraban mozalbetes que las interrumpían, con arengas políticas, llamando a asambleas, o directamente las levantaban, creyéndose dueños de la facultad, que fue convertida en un comité político, con un nivel académico bajísimo. Todo ello me hizo ver que allí estaba perdiendo el tiempo y por ello abandoné la nueva carrera iniciada. En la época de la nefasta gestión de Kestelboim las materias se aprobaban de “taquito” y se comentaba que la carrera se completaba en dos años y sin ningún sacrificio. También que las empresas, antes de tomar un profesional, constataban en qué año se había recibido, descartando a aquellos postulantes que se hubiesen graduado durante aquella gestión.
Norberto Jorge Chiviló
DNI 8.260.897
Indec
El titular del Indec, Marco Lavagna, debería renunciar a ese cargo y ser nombrado en un cargo en el Ministerio de Economía. En estas horas se encontraba en Estados Unidos junto al viceministro negociando las metas fiscales. No es ético que un titular de un organismo en el que debe primar la transparencia se involucre en la gestión económica. A nadie se le escapa que el censo fue pésimo, y últimamente han surgido dudas respecto de la medición del índice de inflación.
Daniel J. Viale
DNI 23.850.268
Homenaje a Favaloro
En la Argentina, así como en otros países de América Latina, el Día del Médico se celebra mañana, en honor al galeno cubano Carlos Finlay, descubridor de la transmisibilidad de la fiebre amarilla por el mosquito Aedes aegypti. El doctor René Favaloro, a mi juicio el médico más relevante de la historia de nuestro país, nació el 12 de julio de 1923. El próximo año se celebrará el centenario de su natalicio. No alcanzarían las páginas de este diario para repasar su brillante carrera como cirujano, docente e investigador, internacionalmente reconocida. Desde su etapa como médico rural en Jacinto Arauz hasta su descollante tarea en la Cleveland Clinic, siempre se caracterizó por su humildad, humanismo, ética y moral ejemplares. Su logro más destacado y difundido fue el desarrollo de la cirugía de revascularización miocárdica o by-pass, que cambió la historia de la enfermedad coronaria y salvó la vida de millones de personas en todo el mundo. En 1971, dado su enorme amor a la patria, regresó a la Argentina con el sueño de crear un centro cardiovascular de excelencia. El 20 de junio de 1992, luego de un largo camino, vio cumplida su utopía, operando al primer paciente y dando así por inaugurado el por entonces llamado Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro. Fui honrado por Favaloro con el cargo de jefe de la División Medicina Transfusional. La excelencia médica y académica de esa institución pronto fue desafiada por las recurrentes crisis económicas a las que tan acostumbrados estamos los argentinos. La fundación pasó a tener una deuda angustiosamente insoportable para Favaloro, lo cual, como es sabido, lo llevó en 2000 a la trágica decisión de poner fin a su fecunda vida antes que renunciar a la pureza de sus principios, incompatibles con las corrupciones ajenas. Establecer en la Argentina el 12 de julio como Día del Médico a partir de 2023 sería un acto de justicia y merecido homenaje a Favaloro. Si algún legislador concuerda con esta idea se contribuiría a reparar en parte la deuda que los argentinos tenemos con él.
Luis Alberto Carreras Vescio
DNI 12.731.658
En la Red Facebook
El reconocimiento a Ginés González García
“Es una vergüenza, se nos ríen en la cara. ¡A no olvidar!”- Felisa Tatulli
“Argentina cambalache… ¡Discépolo profeta !”- Marce González
“Vergüenza nacional”- Elsa Del Fedele
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