Cartas de lectores: Servicio Exterior, Actores, Paro
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Servicio Exterior
El presidente Milei se ha dirigido de manera habitual al Servicio Exterior de la Nación manifestando que los que no acaten las directivas emanadas del superior gobierno deberán renunciar. Tengo el honor de pertenecer al Servicio Exterior de la Nación, aun cuando integro el cuadro permanente pasivo, y disiento con lo que afirma el Presidente, que evidencia desconocer qué somos y qué hacemos los diplomáticos de carrera. Desde la creación del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, durante la gestión ministerial del doctor Muñiz, hemos logrado que nuestro Servicio Exterior, sin jactancia alguna, se encuentre entre los mejores del mundo. Todos sus integrantes han ingresado por concurso y a lo largo de la carrera han cumplimentado cursos de capacitación para poder ser promovidos a los niveles superiores. En muchos casos se han destacado como cursantes y a veces profesores en prestigiosas universidades y han desempeñado cargos de gran importancia en organismos internacionales que han requerido su colaboración. Debe tenerse en cuenta que un embajador o un ministro plenipotenciario, las jerarquías más altas de la carrera, tienen un mínimo de treinta años de servicios y, por ende, su formación le ha costado mucho dinero al país. El Presidente confunde opinión leal con rebeldía. Los diplomáticos deben emitir en muchos casos su parecer sobre cuestiones que hacen a su función, pero eso no significa que no acaten las directivas, a veces contrarias a su parecer, que imponga el superior gobierno. El diplomático asiste y ejecuta, pero en ningún caso lo hace en contra de las directivas emanadas de quienes son los responsables del manejo de las relaciones internacionales, que son responsabilidad última del presidente de la Nación. Con el criterio que sustenta en apariencia el señor Presidente, me pregunto con quiénes reemplazará a un cuadro permanente que es un lujo para la república.
Jorge Carlos Ales
Ministro plenipotenciario (J)
DNI 4.370.321
Actores
Asombra ver a actores y actrices, en la entrega de los Martín Fierro al cine, referirse a que “nos están robando el cine”, es un “triste momento”, etc. ¿No habrán querido decir que se quiere evitar que roben “con” el cine? ¿No sería más acertado preguntarse por sus silencios ante los subsidios del Incaa nunca explicados? ¿O los procedimientos de triangulación de fondos en “universidades públicas” con destino a obsecuentes aplaudidores? ¿Se defiende el arte colonizando cada ámbito en donde los K pusieron el pie, como la Asociación de Actores, convertida en una usina militante? Los actores de fuste (Brandoni, Francella) no hablaron de “persecución” ni de “robo”. Agradecieron al público. Solo eso. Por el contrario, Carla Peterson se preguntó “de dónde nos salió tanto odio”. Perdió la oportunidad de preguntárselo a su compañera de fila Nancy Duplaá, que seguramente hubiera podido orientarla. Nadie persigue al cine. Nadie persigue a la universidad pública. Solo se persigue a los ladrones, mercenarios y adoctrinadores. Solo eso. Se protegen los espacios. Se limpia la basura. Es propio del populista disfrazar de objetivos que nadie puede discutir sus verdaderos propósitos de robo
Carlos Sala Spinelli
DNI 8.659.476
Paro
Otra vez los golpistas gremiales, generando daños irreparables, llaman al paro general, que saben muy bien que no resuelve ningún problema, como se comprobó toda la vida. Así solo perjudican a los trabajadores, que ya sufren bastante y estarán peor aún si se aplican estas prácticas nefastas, destinadas a voltear gobiernos no peronistas, que no hubieran llegado a la Casa Rosada si las administraciones peronistas hubieran hecho algo bueno.
Teófilo Jaralambides
teo.jaralambides@gmail.com
Memoria
Felicito a la nacion por las editoriales del 16 y 18 pasados, “Montoneros: la internacional terrorista” y “Montoneros de ayer y de hoy. Libres, impunes y activos” y poner las cosas por su nombre. Quienes vivimos la década del 70 tenemos plena conciencia de la violencia diaria que se vivía en todo el país, con agrupaciones terroristas militarizadas que por organización, cuadros, número, armamento y recursos dinerarios fueron las más grandes no solo de América, sino del mundo. Las conexiones con movimientos terroristas de todos los continentes ha sido reflejadas en estas editoriales con precisión. La activa participación que tuvieron Montoneros y otras agrupaciones para adoctrinar e instruir militarmente a cuadros en Medio y Lejano Oriente, África y Sudamérica está probada. Como también la libertad, impunidad, actividad y disponibilidad de cuantiosos recursos que hoy siguen teniendo los principales responsables de atentados, secuestros extorsivos y asesinatos en nuestro país en todos esos años. Los terroristas de ayer y los movimientos de derechos humanos de hoy han logrado hasta ahora instalar un relato épico enarbolando la bandera de una memoria parcial, incompleta e ideologizada. Por definición, memoria implica subjetivizar el conocimiento; mucho más cuando se pregona una memoria colectiva, que naturalmente puede ser manipulada y contaminada ideológicamente. Los límites se vuelven difusos, inciertos e irregulares. Contrariamente, la historia es una, con divisiones fijas e inamovibles y límites precisos y concretos. Cuando hay un desvío o sesgo que distorsiona la verdad histórica, otros estudios, con rigor científico, exponen el error y corrigen. Las editoriales reflejan con precisión un período histórico que sigue perviviendo, por la vigencia de los principales responsables de los tiempos más sangrientos de nuestra historia reciente. Ellos viven en libertad e impunidad, y con la complicidad de varios políticos y agrupaciones sociales han logrado cambiar la derrota militar de ayer por una victoria cultural y política actual. Han sometido a juicios de venganza a los militares que los combatieron con condenas inicuas y encierros de por vida. Solo cuando los responsables de la violencia terrorista y subversiva de ayer, como las muertes de José Ignacio Rucci, Hermindo Luna, Tadeo Taddia, Paula Lambruschini, María Cristina Viola y tantos otros civiles y uniformados, tengan el mismo tratamiento que hoy sufren quienes los combatieron, verdaderos presos políticos, la historia será una, verdadera y completa.
Pedro Mercado
DNI 10.464.036
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