Cartas de lectores: ¿Qué esperan?, Beatriz Sarlo, premiar la honestidad

¿Qué esperan?

Es una enorme oportunidad para la Justicia argentina para demostrar efectividad en la lucha contra la corrupción. Cristina Kirchner ha sido condenada por defraudación al Estado, con sentencia firme en segunda instancia, más un procesamiento por lavado en el caso Hotesur-Los Sauces. A eso se suma el juicio por el acuerdo secreto con Irán, en el que fue acusada de traición a la patria, cuyo objetivo era la impunidad de los terroristas, y finalmente el caso cuadernos. Creo que sería hora de dictarle la prisión preventiva.

Será Justicia.

Esteban Tortatolo

etortarolo@gmail.com

Beatriz Sarlo

En plena pandemia de Covid estalló un escándalo en la Argentina (y en otros también) con las vacunas a privilegiados. Dos ejemplos se destacan en nuestra comunidad. Cuando las cosas estaban calmas y los medios de comunicación no se percataban aún, al expresidente Eduardo Duhalde le ofrecieron la vacuna y aceptó, se la aplicaron en su casa a él y a toda su familia, a sus hijas jóvenes también. Eran las primeras vacunas y no se había vacunado al personal de salud y a mucha gente que se exponía y trabajaba con enorme riesgo. Cuando le preguntaron por qué había aceptado si no estaba en la lista de prioritarios, él dijo que no había gestionado ninguna vacuna, y que era el gobierno el que debía dar explicaciones. Cuando le preguntaron a Chiche Duhalde lo mismo, dijo que no se arrepentía de lo que había hecho. En casi las mismas circunstancias la escritora Beatriz Sarlo dijo que le habían ofrecido una vacuna contra el Covid por debajo de la mesa, y que respondió: “Jamás, prefiero morirme ahogada por el Covid”. Y es más, fue extorsionada, tentada moralmente, diciéndole, por ejemplo, “a vos que te gusta viajar, moverte por la calle, podrías hacerlo libremente sin la presión de enfermarte”. Y se mantuvo en su posición ética.

En ese momento de calma, su postura ejemplar adquiere un valor relevante y admirable. Muchísima gente se dio la vacuna haciendo trampa, algunos se hacen los tontos, otros reivindican su avivada y se autojustifican.

Vos, ciudadano del llano, sin exposición pública: ¿qué hubieras hecho?; ¿serías Duhalde o Sarlo? Ahora, con los hechos consumados admiro a Sarlo, me reconforta el espíritu de que haya gente así, que en estos tiempos oscuros aporta un poco de luz.

Mario Yornet

DNI 8.328.564

Premiar la honestidad

El personal de la ex-AFIP o parte de ella se lleva un porcentaje de la recaudación anual por su “buen desempeño”. Pregunto: ¿quién los controla, habida cuenta de las ilegalidades e irregularidades por parte de máximas autoridades del organismo, que ahora cambió de nombre? ¿Quién garantiza la total honestidad de sus trabajadores e inspectores, que bien pueden encubrir alguna ilegalidad? Se nos hace perder a los argentinos y al Gobierno una cantidad que en porcentaje parece irrelevante, pero que suma una enorme cantidad de dinero. La honestidad no se paga. Se es o no se es honesto. No depende de premios, sino de valores que pueden ser fácilmente vulnerados.

Carlos Alberto Correch

DNI 4.914.663

¿Cuántos fueron?

El período de la década de los años 70 fue un capítulo muy triste y lamentable de nuestra historia reciente. La presencia de los grupos terroristas ERP, Montoneros y otros fue nefasto. Durante el gobierno constitucional del presidente Luder se ordenó a las Fuerzas Armadas “el aniquilamiento del accionar de los grupos terroristas”. Así comenzó una guerra con aberraciones de ambos lados. Muchos militares lucharon de manera leal y cumpliendo órdenes y muchos fueron encarcelados sin ninguna condena efectiva, con juicios y testigos cuestionables y varios murieron ancianos y enfermos en la cárcel.

Pero más allá de esta discusión eterna en nuestro querido país y que provoca una grieta, siempre me llamó la atención la discusión sobre algo que tendría que ser incuestionable: ¿cuántos fueron los desaparecidos? El exmontonero Luis Labraña lo admitió con total cinismo: él estaba exiliado en Ámsterdam cuando las Madres llegaron con una lista de entre 3700 y 4700 desaparecidos y pedían ayuda económica. A los europeos les parecían pocos para justificar el apoyo económico. Entonces él inventó el número de 30.000 y quedó esa cifra, y lo describió como que fue una necesidad. Además, llegando a ese número mágico, pudo considerarse delito de lesa humanidad y como tal no prescribe. Se hicieron distintos estudios con rigurosidad y ya con el gobierno de Alfonsín la Conadep llegó a la cuenta de 8961 personas. Kirchner en el libro Nunca más habló de 7158 y Cristina Kirchner con la Secretaría de Derechos Humanos en 7300, número también difundido por el gobierno de Macri. Pero se sigue hablando de 30.000 y se pagaron como “indemnización” 240.000 dólares a cada una de las familias de esos 30.000 desaparecidos.

La pregunta es: si oficialmente los desaparecidos fueron 7300, ¿quién cobró la diferencia? El cálculo es muy simple: (30.000 - 7300) x 240.000 dólares es igual a 5448 millones de dólares.

El gobierno del presidente Milei se ha propuesto terminar con los “curros”. El descripto tendría que ser investigado y que la Justicia castigue a todos los implicados que lucraron con un hecho tan lamentable y terminar para siempre con el mito de los 30.000 desaparecidos. Asimismo, para ser equitativos con el trato recibido por los terroristas, se debería dejar en libertad a muchos militares aún presos injustamente.

Eduardo Firvida

DNI 4.305.435

Deterioro del idioma

Es evidente que el castellano está en un proceso paulatino de degradación en nuestro país desde hace ya varios años. El deterioro educativo, la pérdida de hábitos de lectura y la devaluación de la palabra en un sentido amplio agravan este problema. Además, el uso extendido de formas de expresión vulgares, de mal gusto u ofensivas solo contribuyen a empeorar este asunto. Y de igual forma el “lenguaje inclusivo”, que también es claramente nocivo. La erosión lingüística va dañando nuestra comunicación cotidiana y nos empobrece culturalmente. Ojalá lo entendieran aquellos que atentan contra nuestro rico y precioso idioma, patrimonio común de todo el pueblo argentino.

Patricio Oschlies

poschlies@yahoo.com.ar

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