Cartas de lectores: Espionaje ilegal, el voto en blanco, tácticas repugnantes
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Espionaje ilegal
No me sorprende en absoluto que el Gobierno esté implicado en el espionaje ilegal, según surge de las investigaciones del fiscal Pollicita.
Hace unos años, el juez federal Bonadio allanó propiedades de CFK, y recuerdo que en su momento se informó que en los escritorios de Cristina en El Calafate se habían hallado innumerables carpetas con información confidencial de políticos, periodistas, jueces.
Se ve que esto viene de la cuna K.
Gisela P. Díaz
giselapatridiaz@gmail.com
El voto en blanco
Nada nuevo si digo que los ciudadanos nos enfrentamos a un serio dilema electoral. Un número desconocido de los que estamos en condiciones de votar no se siente ni representado ni entusiasmado por ninguno de los candidatos en carrera para el balotaje. La encrucijada me lleva a pensar que tal vez la ley electoral debería entender el voto en blanco, al menos para el balotaje, como una legítima voluntad de rechazar lo que se nos ofrece como opción y computarlo para que, dado el caso en que su número fuese lo suficientemente significativo, tuviera la fuerza suficiente como para declarar nulas las elecciones. Los partidos políticos tendrían que barajar y repartir de nuevo, por así decirlo.
Inés M. del V. Villamarín
DNI 3.688.411
Tácticas repugnantes
Me decepcionó la intervención de Agustín Rossi en el “debate” del miércoles pasado. Mientras Massa va proclamando que su futuro gobierno –si gana– va a ser de unidad y que acabará con la “grieta”, la intervención de Rossi mostró todo lo contrario, ya que aparentaba haber sido instruido por Estela de Carlotto o el CELS de Verbitsky, máximos exponentes de la campaña de odio y desinformación histórica que conformó el “curro K” de los derechos humanos. A la pregunta final sobre “la libertad de los militares genocidas” –que no dudo de que Villarruel la sabe contestar con gran altura– o el infame uso de la figura de Alfonsín, yo le contestaría: no se puede liberar a quienes ya no viven, pues los que hoy sí viven y están presos o no eran militares en los 70 o bien acababan de salir de los institutos de formación castrense. Esa es la razón por la que hoy los mantienen detenidos con extensas e ilegales prisiones preventivas y sin condena alguna: los jueces no se animan a juzgarlos y tampoco a liberarlos por temor a las represalias de los profetas del odio. Viví también, a fines de 1983, el comienzo de la campaña de juicios contra militares orquestada para “ganarle de mano a Alfonsín” (que planeaba ya entonces el juicio a los comandantes). El gobierno debió crear la llamada Comisión de Asuntos Institucionales (CAI), encargada de la defensa legal de quienes comenzaban a desfilar por despachos de jueces que buscaban “madrugar” al gobierno y orquestar de esta forma tempranas venganzas. Como integrante de esa CAI, defendí a varios jóvenes oficiales (entre ellos, al edecán militar de Alfonsín, encarcelado en La Pampa sin prueba alguna solo para enviarle un mensaje mafioso al presidente); experimenté de cerca la encubierta guerra interna de sectores afines a los grupos terroristas con el entorno del presidente, conflicto que grandes malestares causó a Raúl Alfonsín. La activa intervención de la CAI en todo el país frenó en gran parte esta embestida y permitió llegar al conocido juicio a la cúpula militar. Alfonsín pudo esgrimir su triunfo, pero le duró poco. La ofensiva continuó y se potenció con la llegada al poder de los Kirchner y la derogación de las normas alfonsinistas de punto final y obediencia debida (armada y obtenida por Patricia Walsh y Elisa Carrió). Y hoy asistimos al manoseo de la figura de aquel presidente, que es alabado y elogiado por los mismos que en su momento buscaron destruirlo, ahora con el solo fin de capturar el “voto radical”. Un acto de desesperación que repugna. No creo que con estas tácticas logren captar votos de gente razonable. Por mi parte, no necesito ver por TV otro farsesco “debate”. Mi voto está decidido.
Edgardo Frola
DNI 4.403.415
Materia de Derecho
A fines de los años 80, cursando la materia anual Elementos del Derecho Penal y Procesal Penal, tuve como profesor adjunto al mismísimo Alberto Fernández. Todo venía bastante bien hasta que fue nombrado por Menem en la Superintendencia de Seguros y al poco tiempo dejó de dar clases. Los ayudantes hicieron lo que pudieron, hasta que ya no supieron qué hacer. Se terminaba el cuatrimestre e hicimos un reclamo en la facultad. A la semana siguiente reapareció muy enojado el profesor Fernández y anunció un parcial. Insólito, ya que no teníamos temas para ser evaluados. Obviamente la gran mayoría de los alumnos fuimos aplazados. Pero, tal como él mismo nos dijo, nos hizo un favor, ya que pudimos renunciar a la materia para elegir otra y perder solo un cuatrimestre, no todo un año. Y ahora pasa lo mismo, vuelvo a sentirme abandonado por Alberto Fernández, pero ahora presidente. Y cuando reaparece y anuncia algo hace un papel lamentable. Lo distinto es que no puedo ni quiero renunciar a mi rol de ciudadano argentino.
No sé si sigue dando clases y, en una de esas, ahora que ya no es presidente de tiempo completo, tenga asistencia perfecta en sus clases.
Miguel López Alconada
DNI 20.233.931
El último duelo
Leí atentamente el artículo de Constanza Bengochea, en la sección Historias de ayer, sobre el último duelo en la Argentina. Me vino a la memoria el que mantuvo mi padre, Carlos Federico Acuña, con el entonces capitán Juan Carlos Onganía, luego teniente general y presidente de la Nación, y citado en el artículo por derrocar al gobierno del presidente Illia. El duelo se realizó el 17 de julio de 1947 y también fue a sable. El motivo podríamos decir que fue superficial, ya que mi padre era referí en un partido de polo que jugaba Onganía. Tal vez descontento con el resultado y algún fallo de mi padre, tuvo un exceso verbal y mi padre, como autoridad en la cancha, le ordenó guardar silencio. La diferencia con el duelo del artículo fue que era a “primera sangre”, ante el primer corte finalizaba el combate. Luego de dos asaltos de 2 minutos cada uno y al no haber ningún corte, Onganía se dio por satisfecho. Lo que más destaco es que el 10 de abril de 1948, a los 9 meses del duelo, nací yo. Posiblemente mi padre al ver cercana la muerte quiso, con la ayuda de mi madre y de Dios, crear una nueva vida, y les estoy muy agradecido a los tres.
Carlos Martín Acuña
DNI 7.609.981
En la Red Facebook
Francisco Salamone, el arquitecto de las obras impactantes en las pampas
“En Carhué también hay muchas obras de él en la plaza principal de la ciudad y en Tornquist hizo toda la fachada del cementerio local. Una verdadera obra de arte”- Susana Fazio
“El palacio municipal de Coronel Pringles es una de sus más grandes obras”- Juan Gómez
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