Cartas de Lectores: Ciudadano republicano, Lenguaje claro, Dólar oficial
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Ciudadano republicano
Hoy partió uno de los periodistas más valientes de la Argentina. Pero por sobre todo fue un acérrimo defensor de los principios republicanos y del Estado de Derecho que deben primar en cualquier nación que pretenda ser libre. Jorge Lanata luchó contra la corrupción endémica del peronismo sin miedo y con el pleno convencimiento de que podía doblegarla. La Argentina de bien, del trabajo, de la educación y de los valores más profundos que establecieron nuestros próceres está de luto. Jorge nos enseñó que no cabe arrodillarse ante el mal: que al mal hay que enfrentarlo, sin miedo si queremos tener un futuro digno. Jorge arriesgó su vida convencido de su meta y fue tan grande su epopeya que ningún personero fétido del mal se animó a eliminarlo. Jorge nos deja un legado que debemos recoger y continuar demostrando que la Patria no nos será arrebatada por las hidras del mal. El Sol de Mayo será el fanal que nos dará la suficiente energía y nos iluminará por el camino del bien. Que en paz descanses, querido ciudadano republicano. Continuaremos tu derrotero.
Prof. Guillermo J. H. Mizraji
Presidente de Profesores Republicanos
guillermojhmizraji@gmail.com
“Lenguaje claro”
Muy alentador el artículo del fiscal general de CABA, publicado el día 27 de diciembre, en el que informa sobre las tareas que se están desarrollando en la Justicia y particularmente en el Ministerio Público Fiscal a su cargo, a fin de dar recomendaciones y capacitación en la búsqueda de un “lenguaje claro” comprensible por los destinatarios del servicio Justicia. Pero ¿qué en la formación de los estudiantes de derecho en los institutos de grado? En mis más de sesenta años de ejercicio de la profesión de abogado he sido testigo (y víctima) de la artificial sofisticación y degradación del lenguaje en que se expresan contendientes y jueces. Mamotréticos y oscuros alegatos y sentencias en las que se “pegan” párrafos enteros extraídos de juicios anteriores no análogos ni válidos como precedentes. El doctor Mahiques, al pasar, indica con acierto que esa “forma de hablar se aprende en la Facultad de Derecho y en el ejercicio de la abogacía”. No siempre fue así, hasta la década de los sesenta los alumnos estudiaban (me atrevo a decir con placer) en las obras de los grandes maestros civilistas, Héctor Lafaille, Raymundo Salvat, Jorge J. Llambías, Guillermo Borda, un poco más tarde, Jorge y Atilio Alterini y otros más. Por aquellos años se fueron reemplazando como material de estudio por apuntes mimeografiados de confección y estética deplorables con el resultado advertido ahora por la Corte Suprema y que se intenta enmendar oportunamente con la resolución 2640/2024. Al colmo se llega por el indiscriminado uso de la informática jurídica, sin el mínimo discernimiento. La generalización de este comentario puede hacerlo injusto para profesores actuales, transmisores de conocimiento con la dignidad que requiere la tarea docente y el derecho de los estudiantes, pero en el caso la generalización dota del necesario énfasis que demanda la cuestión que plantea el artículo del fiscal general de CABA que comento.
Raúl C. Sanguinetti
DNI 4.305.809
Dólar oficial
Los bienes y los servicios actualizan su precio a través de la oferta y demanda libremente, determinando con ello el índice mensual de la inflación. El dólar constituye una mercadería como cualquier otra. Sin embargo, su cotización oficial está embretada a disposiciones dictadas por el Gobierno, ajena a los avatares del mercado, viéndose obligado el Gobierno a aportar las divisas que sean necesarias cuando se vislumbra una corrida cambiaria. Ya conocemos que tal metodología, contrafáctica con los principios liberales en materia de economía, resulta perjudicial como aconteció con las tablitas de Martínez de Hoz y de Machinea, toda vez que convierte en muy caro a nuestro país –menoscabando la industria del turismo extranjero a la Argentina e incentivando viajar al exterior con la consabida sangría de divisas–, perjudica la producción agropecuaria, que está perdiendo poder de compra justamente por el tipo de cambio sobrevaluado y los bajos precios de los granos, y descalabra la actividad industrial y comercial nacional porque la fuerte presión fiscal le impide competir en los costos con bienes importados. Con el mayor de los respetos, devaluar no significa un fracaso, sino una admisión de la realidad.
Roberto A. Meneghini
dr.meneghini@hotmail.com
PASO
En los últimos días, los medios informan distintos debates, controversias, entre los políticos acerca de las elecciones de medio tiempo. Me pregunto si no convendría que se realicen elecciones generales cada cuatro años, ya que con esta modalidad los funcionarios gestionan seis meses y están un año y medio en campaña. Convengamos que las elecciones, además de lo dicho precedentemente, significan una erogación, que pagamos los ciudadanos y que podría evitarse. Es de esperar que los logros obtenidos por el presidente Milei en este primer año de gestión no se vean empañados por las rencillas que genera toda elección, en donde prima el ego a las necesidades de la gente.
Cristina Wakim
criswakim@gmail.com
Deseos para 2025
Más allá de los deseos estrictamente individuales y familiares para el año que estamos estrenando, me gustaría expresar algunos deseos para mi querido y vapuleado país. Deseo que los políticos dejen de lado sus vanidades y mezquindades para pensar en grande, en beneficio de la Patria, del ciudadano de a pie. Que caminen la calle y tomen contacto con la realidad. Que tomen conciencia de la pobreza que afecta a millones de argentinos. Le pido a la clase dirigente que sea responsable, empática, solidaria. Les pido a nuestros legisladores que no se autoaumenten las dietas, cuando millones de jubilados apenas sobreviven con la mínima. Vocación de servicio, eso pido. Espíritu patriótico, eso deseo. Más allá del color político o la ideología que tengan. Y a los jueces, que cumplan con su deber. Que no dejen dormir las causas durante décadas. Que hagan su tarea. ¿Todo esto es mucho pedir? Puede ser. Pero es el momento del año en el que es lícito hacerlo.
Irene Bianchi
DNI 6.688.332
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