La carta abierta de Lilita al pueblo argentino
El pirata informático logró vulnerar las computadoras del Instituto Hanna Arendt y encontró un revelador documento redactado por Elisa Carrió: Su "Carta abierta al pueblo argentino". Se desconoce si era para ser publicada en los diarios, ya que -¿metáfora de su momento político?- no estaba en la bandeja de salida, si no en la papelera.
Aclaración: La siguiente carta fue imaginada por el autor de la nota. Es manifiestamente falsa y basada en hechos manifiestamente verdaderos.
Pueblo maravilloso:
Si decidí escribir esta carta abierta es porque siento que hoy, cuando desde mi atalaya de TN aviso que el malón del autoritarismo kirchnerista viene por todo, ustedes cambian a TV Compras.
Nuestra hermosa República –a la que amo profundamente- está viviendo una fiesta del consumo como en los 90. No quiero ser la vecina que toca el timbre para que bajen la música. No tengo nada contra el Carpe Diem consumista porque sé que Argentina va a salir y que va a ser un parto maravilloso. Pero a ver. Déjenme decirles que veo mucha confusión. Ayer en la calle una señora me preguntó si el contrato moral se puede pagar en 36 cuotas.
Si decidí escribir esta carta abierta es porque siento que hoy, cuando desde mi atalaya de TN aviso que el malón del autoritarismo kirchnerista viene por todo, ustedes cambian a TV Compras
Reconozco que no es mi tiempo. Cuando los invité a cruzar el desierto, me contestaron que no, porque "al LCD nuevo le puede entrar arena". No crean que esa contestación no me duele. No hay peor cosa para alguien que se siente Moisés, que no tener un pueblo muerto de sed a mano.
Tal vez ésta sea mi última profesía, así que pongan REC: No se viene un parto maravilloso. Se viene un pacto maravilloso. Están por pactar Binner y el Gobierno. Binner va a apoyar la modificación de la Constitución, para que Cristina tenga su reelección. Ya sé lo que están pensando: "¿Otra vez Carrió con sus profecías? ¿No entiende que los Mayas también profetizaban y no quedó ni uno?"
A ver. Digo. Para que se entienda: Se viene la cirugía plástica para la Constitución. Y si la Constitución entra a quirófano, Cristina no se va a sacar años. Se va a poner años: cuatro más. ¿Queda claro que se va a estirar?
Están por pactar Binner y el Gobierno. Binner va a apoyar la modificación de la Constitución, para que Cristina tenga su reelección. Ya sé lo que están pensando: "¿Otra vez Carrió con sus profecías?
Queda formalmente avisada esta hermosa República.
Pero hoy no vengo a hablarles de mí, de Elisa María Avelina Carrió, nacida en Resistencia, Chaco, el 26 de diciembre de 1956, que a los 14 ya leía Sartre. Que a los 16 se casó, a los 17 fue madre, a los 18 rompió su primera alianza (se separó), a los 19 ya trabajaba como profesora de Instrucción Cívica en una nocturna y a los 21 se recibió de abogada y empezó a ejercer. No. No vengo a hablar de esa chica precoz, superdotada y arrolladora. Hoy no se trata de Carrió. Se trata de sus legisladores. Si quieren castigarme, castíguenme a mí sola. Pero no a ellos. No dejen al Parlamento sin oposición porque es peligroso para la República.
Repito. No se trata de Carrió. Yo ya escarmenté: 3 por ciento. Creo haber entendido la diferencia entre estar bronceada y estar quemada.
Se viene la cirugía plástica para la Constitución. Y si la Constitución entra a quirófano, Cristina no se va a sacar años. Se va a poner años: cuatro más
Hablemos de ellos, mis legisladores. Déjenme contarles sus virtudes. Porque a mí ya me conocen. Soy la de siempre. La abogada brillante, que vaya paradoja, algunos dicen que perdió "el" juicio. Me habrán visto en lo de Majul. Cuando estoy en la televisión, notarán que todo el tiempo me acomodo un mechón platinado atrás de la oreja. Dicen que es porque me arreglo "la cucaracha" para que Dios me hable desde el control.
Aviso: No voy a cejar ni por ésa ni por ninguna otra descalificación.
¿Si predigo el futuro? Claro. ¿Quién creen que inventó la Asignación Universal por Hijo? Fui yo, en 1997, junto a la diputada Elisa Carca. En ese momento pertenecíamos a la UCR. Presentamos el proyecto de ley de "Ingreso Ciudadano para la Niñez". Pero claro, imagínense si en pleno menemismo le iban a llevar el apunte a un proyecto de subsidios para gente humilde. A veces hace falta suerte. En ese momento inventé la pólvora, pero estaba prohibido usar la escopeta para combatir la pobreza.
Hablando de la suerte, creo que ella nunca quiso formar una alianza conmigo. Digo. Con mucho menos que yo, otros llegaron al estrellato político. Cobos, con un solo párrafo tartamudeado y dubitativo en la votación de las retenciones, generó un eslogan que llegó a ser remera: "Mi voto no es positivo". Yo contabilizo ya 12.528 frases con guiñadita de ojo en TN, y todavía no desperté interés textil alguno.
No soy omnipotente. Sé que dentro de mi partido cada vez me tienen menos tolerancia. La semana pasada estuve en La Plata y recibí durísimos cuestionamientos. Un diputado provincial que se llama Oscar Negrelli dijo que "no hay más margen para que el partido siga dependiendo de lo que a Carrió se lo ocurra resolver en su living con 4 o 5 personas". Ahora te hablo a vos, Negrelli, como te hablo también a vos, Patricia Bullrich. O a vos, Ocaña, o a Fabiana Ríos. O a Macaluse. ¡Vuelen, si quieren! ¡Vuelen enceguecidos hacia el poder! Son pobres polillas que tarde o temprano, morirán quemadas contra el filamento del escarnio. Yo las perdono. Ya volverán al vientre de mamushka, que les curará las alitas chamuscadas.
Y para el final, lo que están esperando: mi mea culpa. Como Dios está demasiado ocupado, me derivó a una terapia. Y allí, sobre un diván, me propuse revisar mis errores. En un consultorio entendí que los personalismos no sirven. Tampoco el egocentrismo. Comprendí que cuando alguien comete el pecado de la gula y le da de comer a su vanidad 7 mil calorías por día, las personas que están alrededor se esqueletizan y se alejan de uno. También llegué a ver que las personas egocéntricas se autoperciben como tan capaces, que no ven chance alguna de que otro haga una tarea tan bien como ellos. Por eso ocupan todos los espacios y atrofian al otro. Mi analista me hizo ver que el egocéntrico es perfeccionista porque desea que el mundo se organice a su imagen y semejanza. Pero como el mundo es ovalado y no redondo, la frustración y el desencanto no tardan en llegar. Vimos en terapia cómo mi patrón de acción se repite: Yo armo una nueva alianza, me ilusiono e ilusiono a mis seguidores, me desencanto cuando percibo que no es todo lo perfecta que yo aspiro a que sea, y entonces rompo –como decía él- "a lo glaciar Perito Moreno": haciendo un tremendo ruido y para las fotos.
En terapia también analizamos el caso de mi admirada Hanna Arendt, la filósofa política alemana. Vimos que cuando era una estudiante de 18 años, se enamoró de su profesor, el filósofo Heidegger, padre de familia de 35 años. No sólo fueron amantes secretos. Hannah hizo su tesis doctoral tomando a Heidegger como base. O sea: mi amada Hannah se doctoró con la "ayuda" de su amante. Hizo doble trampa. Y la moraleja era que hasta Hanna Arendt transigía en algo con su intachable moral. En cambio yo, no cedo en nada. Y eso me hace muy valiosa. Pero también, me hace las cosas más difíciles.
¿No es valorable todo lo que analicé en sesión y comprendí en mi terapia?
Prometo que en la próxima vida, lo pongo en práctica.
Los amo.
LC.
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