Candy Crush, y la sombra negra de los caramelos
Fue la aplicación gratuita más bajada en 2013, pero eso no le impidió facturar un millón de dólares… por día. El Candy Crush Saga no es original (una suerte de rompecabezas en el que hay que alinear caramelos idénticos para que "exploten"), pero su modelo de negocio es letal: cuando se acaban las cinco vidas, se esperan 15 minutos para volver a empezar, o se puede comprar un bonito paquete de vidas por 99 centavos de dólar. La gente no espera.
Pero esta semana el juego recibió serias críticas, entre ellas, en Salon.com: "Candy Crush está arruinando la economía". El 15 de enero King, la compañía creadora del juego, logró la aprobación preliminar de las palabras "candy" y "saga" como su marca registrada en la oficina de patentes de los EE.UU. Y a las 48 horas estaba reclamando que el resto de los juegos en el App Store no puedan usarlas. Además, se lo acusa de que la combinación de su subconsciente adicción y los incentivos pagos al alcance de un clic operan de la misma manera que los juegos de azar sobre los jugadores compulsivos. Ya le dicen Crack Candy.