Caiga quien caiga
"Constituir una sociedad en un paraíso fiscal no es un delito en sí mismo, señores." (De Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción, al defender a Mauricio Macri.)
Los jueces federales cumplieron el riguroso rito de despertarse con el cambio de gobierno. Ayudó que Lilita Carrió los calificara de "vergüenza para la Nación". Más de una década vegetando hasta que se fue Cristina y pudieron salir con hambre atrasada a encarcelar a Jaime y a Lázaro ante las cámaras, a descubrir la existencia de Cristóbal y del intocable De Vido, a declarar válidas las pruebas del caso Skanska que sus colegas habían declarado inválidas durante la hibernación. No los para nadie, van por todos. Hasta por Cristina.
Pero en la siesta del domingo se colaron los Panamá Papers con Mauricio Macri en una offshore. Hacía un mes que el Gobierno estaba al tanto y, sin embargo, lo mejor que pudo hacer Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción (OA), fue salir a defender la inocencia del Presidente. Hay que guardar las formas, Laura. Aprendé del menemismo y sus frases enfáticas pronunciadas con cara de prócer: "Investigaremos hasta las últimas consecuencias". "No nos temblará el pulso." "Caiga quien caiga." Por supuesto, después no había consecuencias últimas ni primeras y nadie caía. En los días que corren, Laura, no se puede ser tan transparente en las intenciones. No en la OA. Hay que disimular.
Ver a impunes tras las rejas reconforta aunque la avalancha repentina empalague y apeste a sobreactuación. Ni la renuncia de Oyarbide sirve de contrapeso pues el Presidente, al aceptarla, lo salvará del juicio político.
Y sin embargo, hay que aprovechar porque en cuanto se apaguen las luces del show mediático-judicial empezarán los enjuagues que se prolongan años y décadas. A Menem lo condenaron por contrabandear armas y a Emir Yoma se le achacó que la curtiembre familiar adeudaba 140 millones de dólares a los bancos Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Condenado y todo, Menem está libre y es senador mientras sigue sin confirmarse su sentencia, y los Yoma no devolvieron ni un dólar.
La fiscal Gabriela Baigún, que días atrás logró que la Corte Suprema volviera a la vida la causa de la valija con dólares del venezolano Antonini Wilson, considera que la Justicia había dejado dormir ese expediente.
Se repite que justicia tardía no es justicia. En la Argentina sí. Es eso o nada.