Buenos Aires se reinventa: crecen las mudanzas al Distrito de las Artes
Tras la apertura al público de Colón Fábrica, varias galerías y espacios de exhibición se instalaron en el sur de la ciudad
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El frío y la amenaza de lluvia no las detuvieron. Decenas de personas formaban una fila de una cuadra en La Boca hace dos semanas, media hora antes de que abriera sus puertas Colón Fábrica para participar de la Noche de los Museos. El depósito de La Boca donde el Teatro Colón guarda escenografías y trajes de ópera y ballet ya había sido un éxito de convocatoria durante el mismo programa el año pasado, cuando recibió por primera vez al público. Desde entonces, por lo menos dos galerías decidieron mudarse al Distrito de las Artes, sede de uno de los circuitos Gallery, donde se inauguraron además otros espacios de exhibición.
El sur de Buenos Aires es uno de los más recientes exponentes de un proceso de gentrificación que ya demostró sus resultados en ciudades como Berlín y Nueva York: esa transformación de los barrios, en la cual los artistas cumplen un gran rol al ponerlos de moda. Cuando aumentan los precios, claro, los más bohemios suelen tener que mudarse hacia territorios más accesibles.
Uno de los próximos pasos será el 15 de este mes, cuando se inaugure la sede de Fundación Larivière –que aloja la colección de fotografías y fotolibros latinoamericanos de Jean Louis Larivière– en Caboto 568. Justo frente a Barro, galería instalada en La Boca desde 2014.
Cuatro días más tarde abrirá a pocas cuadras de allí la nueva sede de Ungallery, en un galpón de 350m2 ubicado sobre Ministro Brin 1335 que solía guardar accesorios navales. Obras de gran formato de Jorge Miño será lo primero que se exhiba sobre las paredes originales, que llegan a 7,5 metros de altura y aún conservan los clavos donde se colgaban sogas. “Estaba en ruinas; tuve que restaurarlo todo –dice a LA NACION Paola Iorio, directora de la galería–. Pero el espacio de Arroyo me restringía, y también quería cambiar de zona”.
En este barrio, ella se siente como en casa. Descendiente de inmigrantes italianos, recuerda que sus padres solían comer fideos con Benito Quinquela Martín, artista con museo propio y principal impulsor del desarrollo cultural de la zona. Y a lo largo de su carrera como despachante de Aduanas, frecuentó muchas veces los depósitos fiscales cercanos al puerto.
En la misma zona costera se encuentran Arenas Studios, la antigua arenera que alojó dos ediciones de arteba y la producción de obra del artista chino Cai Guo-Qiang para su muestra en Fundación Proa, y la Usina del Arte, otro de los espacios más convocantes durante la Noche de los Museos. También Smol, una “cámara de proyectos” impulsada por Santiago Bengolea y Sasha Minovich.
A principios de marzo de 2020, Alberto Sendrós anunciaba que reabriría en Wenceslao Villafañe 584 la galería que lleva su nombre, y que durante más de una década funcionó en el Pasaje Tres Sargentos, en Retiro. Pero la eterna cuarentena demoró varios meses sus planes, así como los de Larivière y los de Fundación Andreani.
Alojada en un edificio diseñado por Clorindo Testa, esta última conserva la fachada del antiguo conventillo que fue también astillero, restaurante, casa particular y sede del estudio del pintor Rómulo Macciò. Ubicada sobre la calle Pedro de Mendoza –entre la pionera Fundación Proa y su anexo experimental, Proa 21–, mira hacia el Riachuelo. El mismo puerto al que llegó hace más de un siglo desde Italia el abuelo de Oscar Andreani, presidente del grupo logístico fundado en 1945.
Al circuito boquense que incluye además el Museo Marco, las galerías Popa y Constitución y el espacio de exposición y talleres Munar, entre otros, se sumó meses atrás 1101 Foto Espacio, en la sede del Centro de Investigación Fotográfico Histórico Argentino. Al transformar una esquina donde hace un siglo funcionaba una pulpería laboratorio, archivo y sala de exhibición, el fotógrafo Alfredo Srur cumplió el sueño de su abuelo, un inmigrante sirio que creció en La Boca y que según él “siempre quiso hacer un centro cultural”.
Otro sueño cumplido fue el de la artista Gachi Hasper, artista elegida por la Fundación Santander para intervenir en 2019 la fachada, los ventanales, la terraza y la planta baja de la sede inaugurada entonces, en un edificio de once pisos ubicado en la esquina de las avenidas Paseo Colón y Juan de Garay. A pocas cuadras de Fundación El Mirador (frente a Parque Lezama), del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires.
También sobre la Avenida San Juan, uno de los límites de esta zona creativa que abarca parte de San Telmo y Barracas, abrió hace un mes el nuevo “multiespacio” de la galería Nora Fisch. Hasta ese edificio centenario de mil metros cuadrados, ubicado en la esquina de Chacabuco –a pocas cuadras de la galería Calvaresi y de la flamante sede de Pasto–, llegaron durante arteba prestigiosos curadores como Tobias Ostrander, de la Tate de Londres, y Paulo Miyada, del Instituto Tomie Ohtake y del Centro Pompidou. No es poco.