Borges, Kodama y las religiones
En 2013, cuando recién había asumido Bergoglio como Papa, organizamos un seminario en Bolonia con Stefano Zamagni (hoy presidente de la Academia de Ciencias Sociales) en la Universidad de Bolonia, en la que participaron varios argentinos, además de españoles e italianos. La intención de la mayoría era saludar al flamante Papa. Entre los participantes estaba María Kodama. Y de allí fuimos directamente al Vaticano y nos recibió el Cardenal Gianfranco Ravasi, Prefecto del Consejo Pontificio de la Cultura, quien al verla comenzó a recitar poemas del autor de El Aleph. Luego nos propuso hacer en la Argentina un espacio de encuentro y de diálogo entre creyentes y no creyentes, ideado por el anterior Papa, Benedicto XVI, denominado “Atrio de los Gentiles”, en referencia al antiguo Templo de Jerusalén, que tenía un espacio en el que podían entrar los que no eran judíos.
María aceptó, y los miembros del Foro también. Ella tenía un gran interés en temas religiosos, y por eso luego de esa audiencia, tomando café en un bar del Vaticano, tuvo un punzante y divertido intercambio de ideas con un sacerdote que fue coordinador del diálogo inerreligioso de Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires. La discusión fue sobre el diablo. Kodama interrogaba sobre porqué Dios permitía que actuara el demonio, y si estaba a la par de los ángeles no caídos.
Es un viejo debate. En los primeros siglos del cristianismo Lucifer no parecía ser tan temible, no había imágenes terribles del demonio. En un viaje a Ravenna con el artista Alessandro Kokocinski (el que ilustró cuentos de Kodama) vimos el ángel azul en un mosaico del siglo VI que decora un fragmento del muro de la iglesia de San Apolinar Nuovo, y era un personaje agradable, uno más entre los demás ángeles. En el centro se destaca la imagen de Jesús sin barba y dos ángeles, uno es de color rojo y otro, azul, que representa al infierno. En esa época los cristianos aún no habían creado el diablo de aspecto monstruoso propio del arte medieval. Recién por el año mil empiezan a aparecer las espantosas imágenes de diablos, tomados de una iconografía de varios siglos antes de Cristo.
María había llevado al Vaticano las Obras Completas de Borges para entregárselas al papa Francisco y así lo hizo. La acompañamos junto con la Hermana Theresa Varela, hoy presidenta del Foro Ecuménico Social, y el Pontífice pidió que concretáramos el Atrio de los Gentiles, que terminamos haciendo en Buenos Aires, Córdoba, La Plata, y también en Madrid y Salamanca.
María insistió en el tema del demonio en una comida que tuvimos con el Cardenal Ravasi, y cuando se encontraba con religiosos sacaba el tema con cierta picardía. Incluso cuando hicimos videos para estudiantes con los Seres Imaginarios de Borges, ella leyó textos de Borges sobre los ángeles y demonios de Swedenborg (están en seresfantasticos.com)
La relación entre los textos de Borges y algunas tradiciones religiosas será el motivo de un encuentro mañana a las 18 en la Fundación Borges, Anchorena 1660, en el que participarán invitados expertos que disertarán sobre el tema.
Sociólogo, escritor, periodista, vicepresidente de la Fundación Borges, director del Foro Ecuménico Social