Boleta única de papel: un debate sobre cómo seguir fortaleciendo la democracia
Las elecciones del año que viene coinciden con los 40 años de democracia ininterrumpida en la Argentina. Que podamos festejar la continuidad democrática votando es inmensamente significativo. Hace cuatro décadas que las elecciones limpias y justas son la única y legítima forma de elección de autoridades en la Argentina. Pero el hito también nos interpela a seguir fortaleciendo la democracia, consolidar sus instituciones y reafirmar y ampliar derechos fundamentales. Siempre.
Hemos logrado avances a lo largo de este tiempo. Mejoramos en materia de inclusión y representación con la ampliación del sufragio a adolescentes de 16 y 17 años; con el acceso de mujeres a cargos electivos con las leyes de cupo y paridad del poder legislativo. Incorporamos cambios para transparentar los procesos electorales y ejercer un voto más y mejor informado, con la adopción de las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias para la selección de candidaturas o la sanción de la ley de debate presidencial obligatorio. Cada uno de los procesos que resultaron en estas reformas fue distinto: algunas fueron impulsadas a nivel nacional, para luego pasar al provincial. En otros casos, la pionera fue una provincia, impulsando la adopción y propagación a otros distritos y a nivel nacional.
La elección de 2023 será la décima elección presidencial consecutiva en la Argentina. En el contexto previo hay ciertos indicios de desafección y desconfianza hacia las instituciones democráticas. Desde CIPPEC pusimos en marcha la iniciativa Democracia 40 porque creemos que este hito merece ser celebrado avanzando en debates que acerquen la ciudadanía a las instituciones políticas, poniendo el foco en cómo mejorar la experiencia de los y las votantes, la equidad en el acceso al sufragio y las condiciones de competencia.
Hace más de 10 años, Santa Fe y Córdoba iniciaron un debate clave para acercar a la ciudadanía y las instituciones al abordar la reforma de su instrumento de votación y adoptar la boleta única de papel. Hoy, en nuestro país se utilizan las boletas partidarias para las elecciones nacionales y en la mayoría de las provincias. Bajo este sistema, cada partido es responsable del diseño, la impresión y la disponibilidad de boletas en los centros de votación. Así, la responsabilidad de que toda la ciudadanía acceda a las mismas opciones recae en los partidos políticos. La boleta única de papel, provista por el Estado, garantiza que la oferta completa esté disponible para todo el electorado, en todas las mesas, en todo el país, durante toda la jornada electoral. Esto elimina la posible desventaja de los partidos con dificultades para asegurar el suministro de boletas y se protege el derecho de elegir de los y las votantes.
La boleta electoral es el nexo entre las preferencias de una persona y la responsabilidad de un candidato o una candidata y un partido. El debate sobre la forma en la que votamos es, ante todo, un debate sustantivo sobre la equidad en el acceso al sufragio y la competencia electoral. No es un debate instrumental.
Desde 1983 a la fecha, hemos sido capaces de debatir y realizar acuerdos sobre cómo mejorar las reglas electorales. Continuar con este legado es fundamental, sobre la base de evidencia y a partir de la construcción de los consensos que blinden las reformas con indiscutida legitimidad. Fortalecer nuestra democracia es la mejor manera de celebrar estos 40 años.
Carolina Tchintian es directora del programa de Instituciones políticas de CIPPEC