Bitcoins: ¿protección virtual contra la inflación?
Veremos cómo este nuevo proyecto financiero comunitario se desempeña en los próximos años
¿Se imaginan un mundo en donde un consumidor chileno le pague a un vendedor japonés de manera electrónica, en apenas minutos y sin pagar ningún tipo de costo de transacción ni impuestos por el producto comprado? ¿Y si además de todo esto, el dinero utilizado es virtual (es decir, no tiene su correlato físico) y no fue emitido por ningún Banco Central sino que el mismo usuario lo generó con su computadora? ¿Qué dirían si, por último, nos enteramos que el monto total de dinero que circula utilizando las computadoras de todo el mundo tiene una cantidad de emisión fija y predeterminada que llegará a su pico en el año 2030 y que, por ende, parecería estar predestinada a valer cada vez más en vez de devaluarse como actualmente lo están haciendo todas las monedas alrededor del planeta?
Seguramente, el lector pensará que estamos hablando de una nueva película de Tom Cruise, en donde la ciencia ficción nos advierte sobre un futuro en donde el hombre ha dominado a las máquinas y los problemas que aquejan a la humanidad no tienen su origen en las finanzas sino en temas más científicos como la clonación, la convivencia con potenciales extraterrestres y demás cuestiones que aún ni nos imaginamos.
Pero no estamos hablando esta vez sobre algún film "hollywoodense" sino sobre algo que, por más increíble que parezca, está aconteciendo aquí y ahora frente a nuestras narices: el nacimiento del Bitcoin, la primera moneda virtual.
Bitcoin: nacimiento y funcionalidad
El Bitcoin es una moneda generada a partir de un paper académico de apenas 9 páginas y pocas líneas de código escrito por Satoshi Nakamoto (es el seudónimo de la persona o el grupo de personas que diseñaron el protocolo Bitcoin en 2008 y que crearon la red en 2009. Su verdadera identidad o identidades no han sido reveladas aún.) En tan solo 4 años, alcanzó un mercado estimado en 4000 millones de dólares.
Esta moneda virtual nace como una nueva divisa, que busca quitar el poder monetario a gobiernos, bancos centrales y entidades financieras para dárselo directamente a la gente.
La generación de Bitcoins (producido por las computadoras) crece con una progresión geométrica cada 4 años: actualmente, la mitad de la base total ya ha sido generada, y en 2017 se habrá alcanzado las 3/4 del total. A medida que la cantidad de Bitcoins se aproxima al límite, su valor probablemente entrará en deflación (aumentará el valor real) debido a que no se producirán más monedas virtuales.
El Bitcoin posee dos utilidades principales
Compra: Nada de esto tendría sentido si no hubiese comercios y particulares que acepten esta moneda como medio de pago. Desde diseñadores web freelance, hasta agentes de Bolsa, restaurantes o sites de descarga de música, el número total de comercios ha ido creciendo a pasos agigantados en los últimos años.
Precio: Al haber cada vez más comercios y personas interesados en ingresar en la red y el suministro ser limitado, se presume que la ley de oferta y demanda hará que su precio en el mercado aumente con el paso del tiempo.
Su cotización puede ser obtenida para todas las monedas disponibles a nivel global y fluctúa de manera muy volátil en función aspectos que aún no están del todo claros (un BTC valía 13,51 dólares a principios de enero, tocó un pico de 231 dólares el 10 de abril último para derrumbarse luego hasta los 69 dólares apenas dos días después, y rebotar luego a los 108 dólares que vale al momento de escribir esta nota). Su cotización histórica (no apta para aquellos que sufran problemas de vértigo) puede ser vista aquí.
Existen básicamente tres formas de obtenerlos:
Comprando: Se pueden comprar en numerosos sites, siendo Mt.Gox uno de los más populares a nivel global. También está comenzando a ser comercializado en sites de subasta on line.
Vendiendo: Vender bienes o servicios a través de la web y aceptar Bitocoins como medio de pago es otro de los caminos para hacerse de los mismos. No hace falta tener una tienda, cualquier cosa que se quiera vender a través de Internet y para la cual se acepte como contrapartida el pago en esta moneda virtual alcanza.
Minando: Este es quizá el medio más difícil de entender para aquella persona sin conocimientos informáticos. Para que las transferencias con Bitcoins funcionen y se pueda evitar el fenómeno del doble gasto (que se use una misma transacción digital para comprar más de una vez) se necesitan bloques de datos que registran y aseguran todas y cada una de las transacciones que se realicen. Poder generar esos bloques de datos implica tener computadoras trabajando al máximo rendimiento, para lo cual se ha desarrollado un sistema que permite usar los recursos propios y conseguir Bitcoins a cambio.
Para obtenerlos tenemos que "extraerlos de una mina virtual". Los Bitcoins se encuentran en lo que se llaman bloques, que se generan entre todos los nodos de la red. Cuando un nodo de la red genera un bloque, automáticamente gana 50 Bitcoin. Para evitar que la gente emita todo el dinero que quiera, para que un bloque sea aceptado por la red debe calcularse un hash (una función matemática muy compleja) con determinado nivel de dificultad que regula la propia red, que se va ajustando de acuerdo a la cantidad de "usuarios minando" para que la cantidad de Bitcoins descubiertos no crezca, sino que se mantenga constante.
Hay que tener en cuenta que no se generará nada hasta que haya bajado todos los bloques, lo cual llevará bastante. Como las CPU son muy lentas para este proceso, se han desarrollado programas "mineros" que usan las tarjetas gráficas para acelerar el proceso.
¿Que dicen los expertos en tecnología sobre los Bitcoins?
Santiago Siri, un reconocido emprendedor y experto en temas informáticos, aportó a esta columna su experiencia en el tema:
"Cuando me enteré sobre su existencia, leí toda clase de teorías a favor y en contra. Solamente cuando pude obtener mis primeros Bitcoins y efectivamente poder usarlos para comprar online, sentí su inmenso potencial disruptivo y la dimensión del impacto que una tecnología de este tipo puede tener sobre nuestras vidas.
Mal uso del anonimato
Una de las atribuciones que tiene esta moneda virtual es el anonimato, es decir, el vendedor no sabe a quién le está vendiendo: solo recibe los Bitcoins en su billetera virtual sin saber de dónde vienen.
Según algunos estudios recientes, esta condición está siendo utilizada por delincuentes virtuales para realizar maniobras ilegales como compra de pornografía infantil o drogas en el mercado negro.
Esto podría traer en algún momento restricciones legales de parte de las autoridades que impacten en el mercado transaccional de Bitcoins, lo cual impactaría negativamente en su cotización, convirtiéndolo en un riesgo que hay que tener en cuenta.
Conclusión
En lo que respecta a las innovaciones tecnológicas financieras, el futuro ya llegó y está entre nosotros. Más allá del éxito o fracaso que esta nueva moneda virtual pueda traer de aquí en más, la aparición de los Bitcoins, lejos de poner en riesgo a las monedas tradicionales como el dólar o el euro, viene a representar una alternativa que busca competir con las mismas y sacar del medio, al mismo tiempo, a los principales responsables del descalabro financiero de las últimas décadas: los bancos centrales (influidos por los intereses de los organismos multinacionales de crédito) y los financieros o financistas.
Veremos cómo este nuevo proyecto financiero comunitario se desempeña en los próximos años, pero de seguro que soplan vientos de cambio y una nueva cosmovisión en temas monetarios ha echado raíces y se encuentra en marcha de una manera silenciosa pero imparable.
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