Menos mal que no salió la ley contra los barras
Más por reflejo condicionado que por los efectos que provocará, desde antenoche se multiplicaron las críticas al Congreso por la falta de acuerdo para aprobar en las últimas sesiones del año una modificación del Código Penal con mayores castigos a los barrabravas . Varios proyectos para acentuar las penas por la violencia en los estadios han dormido durante meses y hasta años en ambas cámaras. Bastó que la segunda final de la Copa Libertadores se suspendiera por la agresión a los jugadores de Boca para que el presidente Mauricio Macri ordenara que se tratara un proyecto. Le hicieron caso sus diputados , pero, por suerte, la falta de consenso frenó la votación. En el Senado, el peronismo había advertido que no estaba dispuesto a un tratamiento contra reloj.
Por una vez, la falta de acuerdo evitó que se inflara una expectativa. Una nueva ley hubiese provocado varias cosas al mismo tiempo: agregar incoherencias en el sistema punitivo en el Código Penal, superponer normas que buscan más o menos lo mismo y, lo más importante, diluir una vez más la responsabilidad de quienes tienen que actuar para terminar con las mafias en el deporte. Más que nuevas leyes, el verdadero golazo sería que el Estado aplicara de una buena vez las que ya existen.