Bajar un cambio
En Arabia Saudita, por primera vez las mujeres fueron autorizadas a conducir y salieron a festejar en sus autos por calles y autopistas. En Japón, para frenar la ola de casos, el gobierno obligará a los funcionarios a tomar cursos sobre abuso sexual en el trabajo. En España, hubo protestas masivas tras la libertad condicional concedida a tres imputados por la violación de una chica de 20 años. En la Argentina, que se ha convertido en un país de vanguardia en materia de género, los avances muestran, uno tras otro, la fuerza del movimiento de mujeres que estremece al mundo.
Los tiempos alumbran una nueva conciencia que detecta y denuncia hoy lo que hasta ayer podía pasar inadvertido. El proyecto de legalización del aborto, se sabe, divide internamente al oficialismo. Pero responder vía Twitter con un lacónico "bajando un cambio", como le escribió el senador Pinedo a la diputada Lospennato, compañera de Pro que cuestiona sus argumentos en contra de la legalización, excede la disputa partidaria. Suena a amonestación pública. O peor, a una vieja postal en la que era natural que un hombre mandara a callar a una mujer. La sensibilidad de época, erizada con el comentario del senador, se lo hizo saber también en Twitter.