Autistas
"Esta es una señal de que los radicales no somos autistas."
(Del dirigente Cristiam Caram, impulsor de la propuesta de expulsar a Fernando de la Rúa de la UCR.)
¡Bah! ... Más propio hubiese sido decir: "Esta es una señal... de que no somos ya autistas", pues si ese comportamiento morboso se define por la presencia o no del doctor Fernando de la Rúa en el partido en que milita desde que tenemos memoria, habrá que creer que hasta este momento sus correligionarios sí lo eran. Pero, por otro lado -aunque tampoco sería justo, convengamos, pedirle al legislador urbano Caram precisiones de médico psiquiatra-, es claro que si alguien se nos adelanta y dice "no somos", hay ya, en principio, motivos suficientes para dudar, pues, según es verdad consagrada, una de las características del chiflado es ignorar que lo es, cerrazón que a menudo lo lleva a negar tal posibilidad hasta enfáticamente. Esta actitud suele interpretarse, precisamente, como reveladora de desequilibrio.
En rigor, la única noticia es que los radicales son instados a obrar para sacarse de encima el sambenito de autistas; cierto es que podrían haber hecho lo que propone Caram hace seis meses, un año o diez, sin que, al parecer, en ningún momento hubiese habido dificultades de aplicación con la terapia recomendada, pues, presuntamente, acomete a una enfermedad de quita y pon. Y así tenemos que "Fulano adentro, autista rematado; Fulano afuera, sensatez para repartir a manos llenas".
La explicación revela, indudablemente, la reformulación de algunos conceptos usuales, en plausible sintonía con la evolución científica: ahora se cree que la causa del autismo es un virus. Digámoslo sin tapujos: Caram sostiene que De la Rúa es el agente desencadenante de la epidemia de autismo que padece la UCR. Pero admitida su tesis, ese efecto deletéreo característico del ex presidente debe haber contaminado cuanto lugar éste haya frecuentado. La investigación de campo está ya arrojando resultados y, por ejemplo, se piensa que algunos extraños síntomas detectados entre numerosas personas que han integrado o integran el Poder Ejecutivo Nacional son, asimismo, consecuencia del paso De de la Rúa por la Casa Rosada. Esos síntomas corresponderían a una forma peculiar de autismo reconocible por el estupor profundo y una marcada lentitud motriz.