Arte: visita guiada por galerías de Barrio Norte
Una recorrida por las muestras actuales en Praxis, Rubbers y Cecilia Caballero
En un paseo de no más de quince cuadras a la redonda por Barrio Norte, se pueden apreciar las nuevas producciones de artistas consagrados y la obra de uno joven que lleva un apellido ilustre del arte local: Tomás Benedit (Buenos Aires, 1972). Las galerías de la ciudad dejan atrás las muestras colectivas organizadas para pasar el verano y comienzan a mostrar las obras de sus artistas. Aquí brindamos información sobre tres galerías en las que, cabe recordar, el acceso es libre y gratuito, como en todas las galerías de Buenos Aires y del mundo entero. Quizás un día visitar galerías se convierta en un hábito tan porteño como tomar un café o entrar en librerías a conocer cuáles son las novedades editoriales de la temporada. La compra de obras no es obligatoria y la atención en esos espacios independientes siempre es amable.
Arenales 1311
Dino Bruzzone: Divisionimo (pinturas)
Alejandro Almaraz (fotografías)
(Hasta el 8 de abril)
Dino Bruzzone (Paraná, 1965) presenta una nueva serie de trabajos que revisan, como en otras formulaciones previas hechas por él con fotos y maquetas, procedimientos y mecanismos del arte. La serie de pinturas que se exhiben en la galería Praxis evocan este ejercicio de desciframiento de estrategias pictóricas a través de la mirada de un fotógrafo. Las pinturas de Bruzzone recrean el pop de los años 60, las pinturas de Roy Lichtenstein y los cómics sentimentaloides de esa época. El artista entrerriano desmonta la imagen con la técnica ideada por Ben Day. Los "puntos de Ben Day", que en el ilustrador estadounidense servían para colorear la imagen, en los trabajos de Bruzzone enfocan la mirada con tácticas fotográficas: el zoom, el primer plano, el fuera de foco se acoplan a las magníficas pinturas al óleo de Bruzzone, donde se relatan triángulos amorosos y detalles de romances ordinarios. Pop expresionista (los "puntos Bruzzone" están saturados de materia y gesto), acaso mejor dicho pop puntillista.
Javier Villa, licenciado en Artes por la Universidad de Buenos Aires, escribió sobre Divisionismo: "La nueva serie de Dino Bruzzone nos permite pensar el cruce entre fotografía y pintura como un portal para entrar en la complejidad de la imagen contemporánea. Nuevamente, en un proceso de capas, Dino escanea la tapa de un cómic de los años setenta, atraviesa la imagen con un filtro del Photoshop para descomponerla y hacer foco en un punto de color del RGB. Según elija discriminar el red, el green o el blue, los puntos tendrán distintas escalas y formas de distribución, ya sea en noventa grados o en diagonales. Luego imprime el dibujo lineal y negro del cómic sobre un bastidor, enmascara dicho bastidor con un mapa de los puntos, proyecta dicho mapa como quien proyecta una imagen sobre un papel fotográfico, pero en este caso pinta los puntos al óleo para hacerlos aparecer. Ya no estamos ante la reconstrucción o deformación de la imagen como en obras previas, sino ante una atomización donde el punto de color es el foco".
En la Sala 6 de Praxis, Alejandro Almaraz (Buenos Aires, 1978) expone una selección de la línea sucesoria de presidentes de distintos países: Estados Unidos, Corea del Norte, Sudáfrica. El género del retrato, asociado al poder desde su creación, reproduce la imagen de presidentes en aulas, edificios públicos, medios de comunicación. Almaraz superpone la línea temporal en una misma imagen saturada de rostros de presidentes. Las imágenes que condensan el poder civil en Inglaterra dan, gracias al peinado de Margaret Thatcher, un resultado andrógino e inquietante. Las dos series de Sudáfrica, durante el apartheid y en democracia plena, testimonian sobre el perfil de la libertad en los pueblos contemporáneos.
Cecilia Caballero Arte Contemporáneo
Avenida Alvear 1761, local 9
Tomás Benedit: Orden impredecible
(Hasta el 15 de abril)
Hijo de Luis F. Benedit, quien en varias de sus obras incluyó los bosquejos de su hijo, como en la serie Los dibujos de Tomás hace ya casi veinte años, Tomás Benedit, geólogo de profesión, presenta su primera muestra individual. En la línea de la estética geométrica local, con Eduardo Mac Entyre y Antonio Asís como figuras tutelares, Benedit construye placas con elementos atípicos como láminas de bronce y de alpaca, pelo de su perro caniche y huesos de animales (utilizados por su padre años atrás) sobre piezas de telgopor, bases de cartón y lienzos. El efecto logrado por esta especie de constructivismo a la criolla es estimulante; el procedimiento de trabajo de campo del geólogo, definido por la precisión y la constancia, se aplica a imágenes que se asemejan a vitrales, a rompecabezas y a textiles lujosos hechos con materiales autóctonos provistos por la naturaleza. Suerte de paradojas ópticas, los trabajos de Benedit, que incluyen dos dibujos-bocetos y dos objetos realizados con los minerales mencionados, orientan la geometría hacia el fasto y el brillo de los íconos.
Av. Alvear 1595
Tulio Romano: Carrera (esculturas)
Jorge Diciervo: Silencio de colores (pinturas)
(Hasta el 14 de abril)
Dos artistas de trayectoria reconocida, uno escultor y el otro dibujante y pintor, exponen al mismo tiempo en el espacio de Rubbers. Aunque sus obras transitan caminos diferentes, el hecho de que se presenten juntas abre interrogantes, uno de los propósitos del arte. Las piezas antropomorfas de Tulio Romano (1960), provistas de un lustre y un acabado impecables, evocan esculturas de la Grecia clásica alusivas al atletismo. En la serie Carrera, no sin humor, el maestro cordobés varias veces premiado por sus trabajos, encarna ese espíritu griego en una secuencia similar a la del cómic. Piezas colgantes, esculturas que derivan otras (como Little Patriot), algunas inclinadas a la abstracción de la figura, las nueve obras de Romano provienen de un mismo árbol. Un amigo debió talar un ejemplar de cedro en Córdoba y le entregó al escultor nueve bloques de madera; por ese motivo Romano trabajó en una escala mediana, del tamaño de elfos más que de corredores. Carrera tiene raíces en una serie de bocetos del artista de 1989, cuando ese término aludía sobre todo a una desesperada búsqueda de éxito a cualquier costo.
En cierto sentido, las piezas de Romano se conjugan bien con los escenarios deshabitados de figura humana y las formaciones surrealistas de Jorge Diciervo (Chivilcoy, 1947), que recrea su imaginario geométrico de manera amortiguada por medio del uso del color y la cita pictórica. Silencio de color deja escuchar el murmullo de las formas suspendidas en el vacío, o definidas por un horizonte, situadas todas en equilibrio precario. El ojo, como si fuera un acróbata, debe sostener las despobladas configuraciones circenses creadas por Diciervo. Se exhiben dos de sus trabajos anteriores pintados sobre lonas de camiones ("Ahora son todas de plástico", comenta Diciervo, decepcionado), que preservan el color original, y otros dos que preanuncian una nueva serie, más despojada de figuras. En los trabajos de Diciervo sobrevuelan imágenes de imágenes de obras de Joan Miró, Giorgio De Chirico y Raquel Forner.