Arrancó la campaña: pocas vacunas, muchos egos y un presidente matón
Mientras que la política arrancó la campaña electoral, a la gente lo único que le importa es: ¿Cuándo me vacuno con la segunda dosis? ¿Cuándo se vacuna mi mamá, mi abuela, un hijo con enfermedades crónicas?
¿Qué pasa si llega la variante delta –o delta plus-, a la Argentina, que es la variante que domina en muchos países europeos y nosotros no conseguimos las segundas dosis? ¿Se pueden mezclar vacunas? Ante la carencia de las segundas dosis, el Gobierno había dicho que sí.
Con el cachetazo que le dio Putin a la Argentina cuando dijo que la segunda dosis de Sputnik llegará, pero que Rusia va a privilegiar a los rusos, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero salió a dictaminar que la primera dosis de Sputnik tiene la misma protección que una monodosis de Jansen, la vacuna de Jonhson & Jonhson.
Hoy Fernán Quirós fue claro: no se pueden mezclar vacunas. Angela Gentile, asesora de Alberto Fernández lo ratificó.
Twitter siempre es creativo y captura con humor el estado de ánimo colectivo: un usuario escribió: “El que se vacunó con Sputnik, recibirá Sputnik 2”.
La versión aggiornada de la famosa frase de Duhalde en 2001: “El que depositó dólares, recibirá dólares”.
A diferencia de la política, la gente se pregunta otras cosas: ¿Habrá devaluación después de las elecciones? ¿Qué significa para nuestra economía de todos los días que el dólar blue haya llegado a 170?
Nos caímos a la primera D. Si, así como lees.
La Argentina cayó de mercado emergente a una categoría peor que la de frontera: se le llama categoría “Standalone”, junto con, por ejemplo, Botsuana, Zimbabue, Ucrania, uno de los países más pobres de Europa. Es una clasificación del Morgan Stanley Capital Index (MSCI) y que básicamente nos deja afuera de las inversiones. O en los márgenes del mundo capitalista.
Arrancó la campaña y la parte matona de Alberto Fernández y del Gobierno reaparece, se engrandece, se hace eslogan de campaña.
Como dijo un grupo de intelectuales –en una carta que firmaron desde Sarlo a Alfredo Casero-: el proyecto kirchnerista le va a sacar a la Argentina hasta la última gota de democracia.
En una carta en muy duros términos, unos treinta intelectuales y personalidades de la cultura le reclamaron a la oposición que deponga mezquindades y personalismos estériles en las próximas elecciones para enfrentar al “plan autoritario” del Gobierno de Alberto Fernández.
La firmaron, entre otros, Santiago Kovadloff, Beatriz Sarlo (que apoyaba a Alberto Fernández), Juan José Sebreli y Daniel Sabsay, Alfredo Casero. El título es: “La democracia argentina, en la encrucijada: neogolpismo o progreso”.
¿Qué le piden a la oposición? Que deje los caprichos y los egos de lado y, con grandeza, defina un proyecto de país, un programa económico –no solo nombres- y una propuesta que enamore.
Te quiero comentar algo que, además de todo lo que destruyó la pandemia, también se está construyendo en paralelo. Esta semana, Norma, alguien como vos o como yo, que vive en Ramos Mejía, grabó al condenado Alberto Samid en un restaurante, violando la prisión domiciliaria.
Antes, otros y otras argentinas habían grabado con sus celulares las vacunaciones militantes de La Cámpora o de los sindicatos kirchneristas.
Apenas con un celular y valores de un país republicano, las “normas de la vida” tienen el potencial, tal vez más que la política, para cambiar la Argentina.