Argentina: país extenso, país diverso
Antes de llegar a la Argentina, ya sabía que era un país extenso. Pero no sabía cuánto. Un viernes un colega del trabajo mencionó que saldría el sábado a una excursión cerca de la capital, a “sólo” cuatro horas en auto. En ese momento supe que el espacio y el tiempo son diferentes acá.
No sólo Argentina es grande en términos de superficie, también lo es por la variedad de sus paisajes y ecosistemas. Desde el Chaco en el Norte, que es el ecosistema más grande de bosque seco en América del Sur, hasta la Antártida, pasando por selvas, humedales, pampas, estepas y cordilleras, la diversidad argentina abruma y encanta.
Esta diversidad se ve en el paisaje, pero también aparece en la cultura y en la gente, en las plantas y animales, aunque muchas veces ni la vemos ni la pensamos. Acá viene el elemento clave que quiero resaltar aquí: los recursos genéticos son los pilares que sustentan las civilizaciones. Según las Naciones Unidas, los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a cerca de 3000 millones de personas, y más del 80% de la dieta humana está compuesta por plantas.
Pero la pérdida de diversidad biológica nos amenaza seriamente. El cambio climático es uno de los principales factores causantes de la pérdida de biodiversidad. Los factores de estrés y los riesgos que plantea a los distintos sectores de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura son múltiples y complejos.
En los últimos 50 años, según el “Living Planet Report” de 2020, hemos liquidado el 68% de todos los vertebrados del mundo: mamíferos, pájaros, peces, anfibios y reptiles. Sí, pueden volver a leer el párrafo. La cifra asusta.
En nuestro informe del 2019 del Estado de la Biodiversidad para la Alimentación y la Agricultura en el Mundo, la FAO señala que de las 6000 especies de plantas cultivadas que se destinan a la alimentación, sólo nueve de ellas representan el 66% de la producción total de cultivos. No parece muy diversa nuestra agricultura, ¿verdad?
Perdónenme, pero sigo con las malas noticias.
La pandemia actual nos está alertando sobre la relación entre biodiversidad y salud. La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes) confirma en su último informe que la causa de la pandemia está en la actividad humana que impacta en el medio ambiente, informa que el Covid-19 es la sexta pandemia global desde la gripe de 1918, y pronostica pandemias más frecuentes, mortales y costosas.
En Argentina, según la Estrategia Nacional de Biodiversidad, hay más de 10.000 especies de plantas, unas 978 especies de peces y 385 de mamíferos. De ellas, según la UICN, alrededor del 25% se encuentra bajo amenaza de extinción.
Si alguien nos pregunta por la biodiversidad nacional en la agricultura y alimentación, seguramente nuestra mente, que es vaga, nos entregue una imagen de la ganadería extensiva, o de la soja, que no son precisamente modelos de diversidad. Pero la agricultura argentina es más diversa de lo que parece. ¿Sabían ustedes que, según el INTA, la Argentina es el principal exportador mundial de miel de calidad, con un volumen de 65.000 toneladas en el año 2020? ¿o que los 5000 Km de costa permiten un mayor desarrollo de la pesca, bajo estándares de sostenibilidad? La diversidad argentina está amenazada, pero también es una oportunidad agropecuaria para el país.
La Argentina también tiene que sentirse orgullosa en términos de institucionalidad. Dos ejemplos. Por un lado, cuenta con la Ley de Bosques, la cual, desde su reglamentación en 2009, ha contribuido a la reducción de la deforestación de bosques nativos y tiene un gran potencial para seguir haciéndolo. Por otro lado, se acaba de aprobar la primera lista oficial de especies exóticas invasoras en el país, una de las principales amenazas a la conservación de la diversidad biológica, en la cual el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha realizado un excelente trabajo junto a la FAO y al Fondo Global para el Medio ambiente (GEF), que han contribuido con asistencia técnica y financiera a través del proyecto “Fortalecimiento de la Gobernanza para la Protección de la Biodiversidad Mediante la Formulación e Implementación de la Estrategia Nacional Sobre Especies Exóticas Invasoras”.
Si bien cada vez somos más conscientes de que la diversidad biológica es un bien global, no somos tan conscientes de que el número de especies animales y vegetales se está reduciendo drásticamente. Esta pérdida tiene y tendrá implicaciones en nuestra alimentación, nuestra salud y en nuestros medios y modos de vida, así como en los de las generaciones futuras.
Para llamarnos a la reflexión y a la acción a los Estados y a la ciudadanía, cada 22 de mayo, desde las Naciones Unidas celebramos el Día Internacional de la Diversidad Biológica.
Dediquemos unos momentos hoy a pensar nuestro vínculo con el ambiente. Todo lo que tomamos y nos beneficiamos de él, todo lo que lo dañamos, y pensemos qué rol deberíamos tener como sociedad y como individuos para poder disfrutar de ecosistemas saludables que sigan siendo parte de nuestras culturas y nos sigan aportando agua, alimentos, medicamentos, ropa, combustible, refugio y energía. Hoy y en mil años. Casi nada. Casi todo.
Representante de la FAO en la Argentina