Argentina e Israel, un destino común
El atentado terrorista contra la embajada de Israel en nuestro país nos facturó la búsqueda de una forzada inserción internacional al "Primer Mundo" y el alineamiento automático al poder hegemónico hemisférico.
Hace años la Corte Suprema atribuyó el ataque suicida con coche bomba a la Jihad Islámica (uno de los brazos armados de Hezbollah liderados por Teherán) organización que en la actualidad es catalogada como terrorista por nuestro país.
Los desafíos mayores en la lucha contra el terrorismo internacional siguen siendo el financiamiento y la utilización de las redes sociales para adoctrinar e instigar a cometer actos de terror
Los actores medianos y pequeños del sistema internacional deben acogerse a las normas del derecho y a la cooperación internacional para intentar enfrentar con algún grado de éxito este fenómeno transnacional. Estas bases y limitaciones no las tienen las grandes potencias, quienes poseen otros métodos y herramientas. Solo basta señalar los casos del general iraní Soleimani; el de Ben Laden y el cofundador y líder del Hezbollah Abbas Al Moussawi, entre otros.
En el transcurso de estos años se han detectado alrededor del mundo un conglomerado de ONG’s y distintos grupos de beneficencia que sirven de fachada para encubrir los objetivos terroristas de Hezbollah. En ese sentido, se sostiene que esta no es solo una organización política con representación parlamentaria y con respaldo popular en El Líbano, sino que también ostenta varios brazos armados que combaten actualmente en Siria con el financiamiento y la logística iraní. Además, Hezbollah tiene diversas fuentes de financiamiento a través de donaciones particulares con fondos legales para sus programas sociales y de caridad pero en esa misma caja entran fondos ilegales provenientes de negocios ilícitos (electrónica, drogas, madera) y de asociaciones probadas con grupos criminales como por ejemplo el Comando Vermelho y el PCC (Primeiro Comando da Capital) de Brasil.
El presidente Fernández tomó tres decisiones importantes en materia de lucha contra el terrorismo internacional. Por un lado, reestructurar todo el aparato de inteligencia nacional (y dentro de ello el encargado de la lucha contra este fenómeno) y dejar a Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas. Es que sacar a esa agrupación del listado hubiese ido a contramano de las acciones de países como Honduras, Guatemala, Colombia, Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos. El tercer vector de Fernández fue realizar su primer viaje al exterior como presidente a Israel. Este país es el enemigo declarado número uno de Hezbollah, que no maquilla su objetivo de borrar a Israel del mapa.
El Memorándum de Entendimiento con Irán fue un mojón negativo en la rica historia de las relaciones bilaterales entre la Argentina e Israel. Ni ese acuerdo ni siquiera el atentado terrorista de 1992 pudieron poner en peligro los profundos lazos de cooperación política, material, cultural y humana entre ambos Estados.
En cuanto a la actual agenda bilateral lo importante de destacar es que el temario no gira alrededor del atentado contra la embajada ni siquiera sobre temas se seguridad. Son temas de trabajo la vinculación y cooperación tecnológica, científica, de innovación; el potencial en el campo de la agricultura y en el plano comercial. Israel tiene el know-how en aquellos temas claves para el desarrollo agrícola-ganadero argentino. Por ello, los líderes de ambos países entendieron que el pasado y el futuro de ambos países está unido.
Doctor en Ciencia Política. Director del posgrado en Asuntos Argentinos en la facultad de Derecho de la UBA