Anticapitalismo y subdesarrollo
El capitalismo es el modo de producción que ha hecho posible el desarrollo económico de las mayores potencias del mundo. Además, al hacer de la fuerza de trabajo una mercancía que se vende sin comprometer los derechos de sus portadores, permite a las personas elegir libremente a sus representantes en democracia. Cosa que no ocurría en el modo esclavista ni en el feudal. Tampoco en el que socializa los medios de producción, ya que al otorgar al Estado el monopolio del empleo y de la obtención de ingresos para la subsistencia, las somete a su dominio (reforzando la prohibición de formar partidos políticos independientes).Y aún la "democracia" griega sólo lo era para los "ciudadanos libres", excluyendo a las personas esclavizadas.
Pese a esas potencialidades, el capitalismo es objeto de críticas. Algunas, buscan su perfeccionamiento y ayudan para mejorar su funcionamiento. Otras, en cambio, buscan sustituirlo o lo critican sin proponer alternativas; lo cual sólo sirve para consolidar el subdesarrollo. Entre estas últimas algunas presentan razones fundadas; mientras otras lo hacen en defensa de posiciones que este modo de producción pone en riesgo; o a partir de un esbozo ideológico que imagina un igualitarismo ingenuo.
Los ataques del movimiento obrero del siglo XIX fueron socialmente justificados y acompañados de una contrapropuesta fundada conceptualmente. El estudio de Engels sobre La situación de la clase obrera en Inglaterra los justifica, mientras que El Manifiesto Comunista, de Marx y Engels (elaborado a pedido de una organización obrera internacional), los fundamenta conceptualmente. Marx desechará sus propios fundamentos cuando escribe el Prefacio a la Contribución a la crítica de la economía política en 1859, lo que no ha impedido que algunas dictaduras subdesarrolladas sigan cabalgando sobre ellos.
En cuanto a actores que sintieron amenazadas sus posiciones tenemos; 1) el ludismo, que a principios del siglo XIX destruye las máquinas que sustituían fuerza de trabajo; 2) la Iglesia católica que, ante el temor de perder el control sobre el pueblo de Dios, declara que la economía capitalista mata (Evangelii gaudium); y 3) gobernantes que obstaculizan el desarrollo económico creador de empleo privado para mantener cautivo a buena parte del electorado a través de empleo público y asistencia social.
Por último, la prédica de un igualitarismo económico, que critica sin ofrecer alternativas favoreciendo el subdesarrollo. Rousseau afirma que "la fuerza de las circunstancias tiende siempre a destruir la igualdad"; mientras Sartori (además de alertar que "más allá de la igualdad de acceso, las políticas tendientes a la igualación son en gran medida políticas de expropiación") dice que "para conseguir la desigualdad basta que dejemos seguir el curso de los acontecimientos". De lo que se deduce que para torcer el rumbo de los acontecimientos se deben tomar acciones adecuadas.
Los promotores de este igualitarismo ingenuo nada dicen de este tipo de acciones. En lugar de ello se dedican a legitimar intelectualmente una cultura facilista nacida hace más de un siglo, cuando la Argentina era una de las principales potencias económicas del mundo apoyada en su modelo agroexportador. Lo hacen con afirmaciones como: 1) "para analizar el tema de la pobreza no es necesario hablar de economía"; 2) "la preocupación de la política es la creación de derechos, y la obtención de los recursos para satisfacerlos es un problema de los economistas"; 3) el capitalismo es responsable no solo de las desigualdades sociales, sino de todo lo malo que ocurre en la sociedad, hasta de las pandemias. Por eso escriben sobre "el virus del capitalismo".
Todo esto favorece a una clase política que elude su responsabilidad en cuanto a crear las condiciones para la producción privada de riquezas y empleo genuino, bien remunerado, cumpliendo sus obligaciones impositivas y respetando el medio ambiente. Su falta de visión estratégica y de principios republicanos la llevan a hacer de la pobreza una estrategia de control político a través del asistencialismo; acompañada de actos de corrupción y arreglos espurios con sectores del empresariado para establecer un capitalismo de amigos que convive bien con el subdesarrollo.
Sociólogo. Club Político Argentino