Reseñas: Mi abandono, de Peter Rock
La quinta novela de Peter Rock (Salt Lake City, 1957), Mi abandono, es la primera que se tradujo al español y en la Argentina. Basada en hechos reales, está narrada por la voz minuciosa y perspicaz de una chica de trece años que vive como homeless con su padre y con Randy (su muñeco) en diversos refugios en un bosque, a cierta distancia de la ciudad que, muy de vez en cuando, recorren. En 2010, Rock recibió el premio Alex que entrega la Asociación Americana de Bibliotecas (un detalle: padre e hija son lectores incansables y en la novela aparece una bibliotecaria adorable) y su novela, de 2009, fue llevada al cine por Debra Garnik con el título de Leave no Trace ("No dejar rastro"), consigna que "Padre", como Caroline lo nombra en su relato, le aconseja con insistencia. El autor ideó su ficción a partir de notas de diarios que contaban la historia de un padre y una hija que habitaban en un bosque y que se negaban a llevar una vida urbana común y corriente.
Escritores como Junot Díaz, James Ellroy y Ursula K. Le Guin (otro detalle: un personaje le presta a Caroline Un mago de Terramar) recomendaron la novela con entusiasmo. Tenían motivos. Estructurada como una odisea ambientada en 1999, con las complicaciones y enseñanzas que reservan los viajes, registra además el ascenso de Caroline, la luminosa protagonista que escribe un diario (la novela que leemos) en márgenes de libros y papeles sueltos. A partir de un descuido de la chica, que puede interpretarse también como un deseo, padre e hija son descubiertos y reubicados en centros estatales. "Caroline, no tengas miedo. Que no nos entiendan no significa que hayamos hecho algo malo", le dice Padre cuando se separan. Por primera vez, ella asistirá a una escuela y comenzará a cuestionar las decisiones de su padre. Veterano de guerra bien entrenado, él se fuga con rapidez; pronto, guiará a su hija a otro lugar, menos conocido (y por ende más riesgoso) que Forest Park. Ambigua y magnética, la novela de Rock parece al mismo tiempo una versión paranoica y de pesadilla (como las que tiene Padre, acosado en sueños por helicópteros) de las fantasías naturalistas de Emerson y Thoreau tanto como un argumento a favor de una existencia libre y esencial, sin consumos ni controles absurdos, sin violencia gregaria ni estupidez (una las peores amenazas, según la estricta pedagogía de Padre). Tan estadounidense que conmueve.