Alcohol cero: ¿alcanza para reducir los accidentes?
El nuevo año comenzó con una noticia: “La ley de alcohol cero ya se aplica en la provincia de Buenos Aires”. Sin embargo, también nos enteramos de accidentes protagonizados por conductores alcoholizados.
Recientemente, un auto se incrustó en una casa de Moreno y mató a dos hermanos de 13 y 7 años mientras dormían. Luego de ser detenido, se comprobó que quien manejaba tenía 0,64% de alcohol en sangre.
En Cancún, una joven marplatense de 33 años quedó en coma luego de ser atropellada por una menor de 14 años, quien, según los peritajes posteriores, manejaba alcoholizada. Mientras tanto, otras dos mujeres murieron en el acto en un accidente en Uruguay, donde, a pesar de estar vigente la norma de alcohol cero al volante, el conductor del vehículo dio positivo de alcoholemia.
Entonces, cabe preguntarnos: ¿alcanza una ley para reducir los accidentes de tránsito?
En octubre de 2021 se comenzó a dar el debate en la Cámara de Diputados sobre la tolerancia de alcohol cero al volante. Si bien varios municipios y provincias ya cuentan con esta reglamentación, aún falta aprobar su extensión a todo el territorio nacional.
La actual ley de tránsito 24.449 establece, en el momento de conducir y para cualquier tipo de vehículo, una tolerancia de hasta 500 miligramos (0,5 gramos) de alcohol por litro de sangre; para motocicletas o ciclomotores, hasta 200 miligramos (0,2 gramos), y para transporte de pasajeros de menores de edad y de carga, alcohol cero. La nueva norma busca sustituir el artículo 48 y contempla reducir de 0,5 a 0 miligramos la cantidad de alcohol por litro de sangre que puede tolerarse para conducir. Además de proponer una serie de penalidades, arresto e inhabilitación, de acuerdo con la cantidad de miligramos de alcoholemia en sangre.
Según la asociación Luchemos por la Vida, el alcohol está implicado en el 50% de los accidentes de tránsito que provocan muertes o incapacidades definitivas. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) remarca que la ingesta del alcohol en los conductores aumenta la probabilidad de protagonizar un siniestro vial.
El alcohol al volante produce alteraciones en la visión, la coordinación y la atención en el camino, provocando en el conductor un estado irreal de euforia y seguridad en sí mismo. Con un promedio de 0,3 gramos de alcohol/litro se reducen en un 10% los reflejos y hasta en un 17% la capacidad de maniobra fina.
En lo referido a la función psicomotora, se altera el tiempo de reacción del conductor, el cual normalmente es de 0,75 segundos. También la funcionalidad corporal, como la frecuencia cardíaca, la respiración y el sueño. Finalmente, y de acuerdo con la cantidad ingerida, el alcohol puede provocar alteraciones del comportamiento y de la conducta: aumenta la agresividad y la euforia, y disminuye la concentración.
No hay dudas de que la medida apunta a disociar el alcohol de la conducción, una de las principales causas de siniestros viales graves, ya que en al menos uno de cada cuatro incidentes de tránsito con víctimas alguno de los conductores circulaba bajo los efectos del alcohol. Pero todavía falta un cambio cultural y que los conductores tomen real conciencia del riesgo que provoca, para ellos mismos y para terceros, la imprudencia de manejar alcoholizados.
Perito en accidentes viales