Alberto Manguel es el nuevo director de la Biblioteca Nacional
El escritor argentino, que vive en el exterior desde los años 70, reemplazará a partir de julio a Horacio González; su obra, entre la que se destacaUna historia de la lectura, fue traducida a 30 idiomas
El escritor Alberto Manguel será el director de la Biblioteca Nacional en reemplazo de Horacio González, anunció el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, en un comunicado oficial. Nacido en Buenos Aires, en 1948, Manguel reside actualmente en Nueva York. Por compromisos profesionales asumirá el cargo en julio próximo. Al frente de la Biblioteca Nacional, Manguel encabezará una nueva gestión "marcada por la inclusión, la innovación y la federalización de las políticas de la entidad".
"Me siento profundamente honrado por este cargo: la lista de directores previos me intimida y me desafía", afirma el flamante funcionario en el texto que acompaña su designación.
"Alberto Manguel es uno de los intelectuales argentinos con mayor reconocimiento en el exterior y, además, una de las personas que más sabe en el mundo sobre bibliotecas –afirmó Avelluto–. También, tiene dos virtudes que rara vez se encuentra en la misma persona: es un eximio escritor y, al mismo tiempo, un gestor cultural experto en el campo de la bibliotecología. Por último, hay que mencionar que se trata de una persona que dejó el país en la década del setenta y consideramos que la Argentina todavía no le ha brindado todo el reconocimiento que se merece, siendo esta designación la mejor oportunidad para hacerlo".
Criado en Tel Aviv, donde su padre fue el primer embajador argentino en Israel, Manguel es un hombre de letras en sentido amplio y descuella en todas sus facetas: el ensayo, la novela, la crítica literaria, la antología, la traducción. Su ingente obra, entre la que destacan Una historia de la lectura o Guía de lugares imaginarios, se ha traducido a más de 30 idiomas y ha merecido premios como el Médicis o el McKitterick y distinciones como la beca Guggenheim o la Ordre des Arts et des Lettres.
"No puedo imaginar un futuro sin libros, así como tampoco puedo imaginar un futuro sin transporte o sin ropa, a menos que nos transformemos en una sociedad oral –explicó en una entrevista con LA NACION en abril último–. Cosa a la que no le veo posibilidades porque estamos perdiendo la memoria, no recuperándola. El libro ha adquirido muchas formas a lo largo de los siglos y el del futuro será una variación del presente. Una tecnología reemplazará a otra y hasta el soporte digital nos parecerá perimido, pero no creo que el libro del futuro sea muy distinto".