Aferrado
¿Cuánto puede simbolizar un trozo de madera? Eso, que alguna vez fue parte de algo, se desprende del conjunto y pierde su significado ante el mundo. A los ojos del hombre que la lleva sobre su cabeza, sin embargo, sigue siendo una puerta. Su puerta. Solo él sabe las veces que funcionó como puente de entrada a un hogar; pasadizo a ese espacio que representaba un refugio; protección nocturna para él y los suyos a la hora del sueño. Por eso ahora se resiste a soltarla. Sabe que puede ser útil para los asentamientos improvisados después del desastre que provocaron las lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra en la aldea de Bushushu, República Democrática del Congo. Pero además, en medio del caos, resulta difícil no querer aferrarse a algo: los restos materiales que evocan lo que alguna vez fue una vida, mientras todo se derrumba.