Administrando la escasez: el panorama del dólar en los próximos meses
Lo que se viene son meses de escasez de dólares y stress cambiario. Se deberá administrar los dólares que se logró acumular en septiembre con el dólar soja (u$s5.000 millones) y los u$s700 millones de préstamos del BID. El esquema actual es una combinación de: 1) Un dólar oficial que subió el crawling peg a 6,5% mensual en el arranque de octubre. 2) Una tasa de interés de 75% nominal anual y 107% efectiva anual de las Leliqs (que hoy corre por encima de la inflación esperada por el REM para los próximos 12 meses de 94% anual). 3) Un fortalecimiento del cepo a los importadores con el sistema SIRA (el nuevo sistema para la aprobación de importaciones)
A todo esto, a la escasez estacional de divisas del último trimestre del año se le suma las proyecciones de una mala campaña de trigo. La Bolsa de Comercio de Rosario pronostica que la producción de trigo bajará de 23 millones de toneladas en 2021/22 a 15 millones de toneladas en 2022/23. La cosecha fina de trigo habitualmente permite hacer un puente en la oferta de divisas hasta el mes de abril. En el momento que comienza la cosecha gruesa sojera. Es por esto que existe el riesgo de incumplir el objetivo de acumular reservas y las expectativas de devaluación se incrementan.
Tomando cierta perspectiva, tenemos hoy unas reservas netas (descontando el swap chino, encajes de depósitos en dólares y préstamos de Banco de Basilea) que se ubican en u$s6.650 millones. La meta fijada por el FMI para fin de año es de u$s6575 millones (tras la última modificación). En pocas palabras, el BCRA tiene como límite no perder más de u$s85 millones en lo que resta del año. Después del dólar soja, el BCRA registró ventas por u$s295 millones (a razón de u$s21 millones diarios). El foco claramente debe estar en romper con esta tendencia. Y del lado de la demanda, hay tres factores que afectan a la acumulación de reservas: 1) Pagos de deuda (FMI, organismos internacionales y pagos de intereses, deuda pública en dólares). 2) Dólar ahorro y dólar tarjeta. 3) Regularización de la deuda comercial que acumularon los importadores en los últimos meses (más de u$s8.000 millones). Después de la implementación de la comunicación “A” 7532 por la cual se restringió el acceso a los importadores al mercado oficial de cambios (por 180 días) y forzó a los importadores a conseguir financiamiento en el exterior.
Del cuatrimestre que va de noviembre 2022 a febrero 2023, los pagos de deuda sin incluir el FMI (ya que se pagan con los desembolsos del organismo) son de u$s2065 millones. Al margen, hay que considerar que pese a la implementación dólar Qatar, con una carga impositiva de 100%, $322 aproximadamente por dólar, las compras en exterior seguirán elevadas en torno a los u$s550 millones mensuales. Las compras de dólar ahorro, en simultáneo y a una cotización hoy de $ 265 proxy, seguirán demandando cerca de u$s250 millones mensuales. Es así como las compras de dólar ahorro y dólar tarjeta implicarán una demanda potencial de u$s800 millones mensuales.
En síntesis, para los próximos meses, tendremos la demanda de dólar ahorro y tarjeta (u$s3.200 millones), deuda con importadores (u$s3.000 millones) y deuda con acreedores privados y organismos internacionales (sin contar FMI) por u$s2.065 millones. El BCRA tendría una demanda potencial de divisas por más de u$s8.000 millones. Con un escenario como este es esperable que se refuerce el cepo a las importaciones. Y esto traería un impacto asociado en precios, nivel de actividad y brecha cambiaria.
Profesor de la Universidad del CEMA