Acelerar la integración metropolitana
En los hechos, existe una ciudadanía metropolitana. Cuando hablamos de San Martín y Tres de Febrero hay una calle muy emblemática que es Triunvirato y que nos “divide”. Es una larga frontera que no es frontera y la gente vive de un lado y va al almacén del otro, o sus hijos van a la escuela de un lado y tienen sus amigos del otro. Es natural, y eso natural lo debemos llevar cada vez más a la institucionalidad. La ciudad, con su metrópolis Buenos Aires, en una megaciudad: es la número 12 del mundo, la tercera de América Latina en población, con una densidad altísima y su área central es la CABA, la Capital Federal. Pero hay un continuo urbano con cuatro gobiernos: tres niveles de gobierno y cuatro gobiernos elegidos por el voto popular, que no siempre coinciden en su color político. Por eso es aún más importante tener mecanismos de coordinación. Tenemos la sede de la Presidencia de la Nación, tenemos la Jefatura de Gobierno y sus instituciones en la Ciudad Autónoma, tenemos la provincia y 40 municipios que rodean a la ciudad de Buenos Aires. Estamos obligados por sentido común a la coordinación metropolitana.
Antes de ser intendente electo por el pueblo de Tres de Febrero tuve la fortuna de ser el subsecretario de AMBA de la CABA. En ese tiempo creé una unidad de proyectos especiales dedicada justamente a recoger todas las ideas que se generaron a lo largo del tiempo: aquellas miradas metropolitanas desde lo académico, la política y la sociedad civil. Hoy estamos desembarcando, quizá de la mano de la pandemia, en la necesidad de llevar esto a un nuevo nivel. Además del diálogo político necesario como el que hoy estamos ejerciendo en el oeste. Tenemos 6 intendencias, 4 del Frente de Todos y 2 de Juntos por el Cambio, y permanentemente nos reunimos. En 2020 fue especialmente por temas vinculados a la pandemia pero también hasta hemos hablado de armar una planta de áridos con el Ceamse para tener un tratamiento común de algunos temas relevantes. Estamos elaborando un proyecto de cooperación institucional para la Región Oeste. Y en ese sentido es valioso el aporte de Fabio Quetglas, diputado nacional, que junto a Facundo Suárez Lastra han presentado un proyecto importante desde una agencia de coordinación metropolitana.
Por ejemplo: ¿Por qué no hacer licitaciones de higiene urbana y de reciclado en común entre varios municipios? ¿Por qué lo vemos de manera jurisdiccional cuando lo podríamos hacer, mucho mejor, en conjunto y logrando mucha más escala? Bueno, allí en el oeste hemos hablado este tema y nos mantenemos unidos con una visión, a veces diversa en algunos temas, pero siempre sabiendo que la premisa es que no hay fronteras y que tenemos que coordinar.
El coronavirus ha sido una buena metáfora de la situación metropolitana, de cómo se circula, de cómo se vive, de la ligazón tan fuerte que hay entre ciudad y el primer cordón del conurbano. Claramente hay que incorporar todas las visiones y después definir cuáles son los instrumentos, las herramientas de la gobernanza, cuáles son los temas que se incluyen, no tener miedo a resignar soberanía o potestades. Con la coordinación ganamos todos, porque gana la gente.
Una pregunta es: ¿cómo logramos una mayor atención primaria de la salud en los municipios del conurbano para que justamente no emerja esa enfermedad que a veces te lleva con el tren a un hospital de la ciudad de Buenos Aires? Ahí surgió la etapa del AMBA Salud, un programa con el que trabajamos mucho en fortalecer las salitas médicas de barrio e incluso nivelamos los sueldos, porque si se paga mucho más en un municipio que en otro, o en la ciudad que en el conurbano, los médicos se mueven en función de eso. Así que ahí logramos un sistema de coordinación que está comenzando y que ojalá podamos fortalecer entre todos. Pero desde ya, lo interesante sería salir de la coordinación tema por tema y organizar un poco mejor el pensamiento de manera estratégica y metropolitana.
Hay que lograr una visión integral de muchas políticas públicas, más allá de cuál sea la gobernanza. Hay que integrar el trabajo -para mí el tema número uno-. En Tres de Febrero armé un Plan Urbano Estratégico que hoy es la hoja de ruta que nos guía en cómo vamos del municipio actual al que deseamos. Y parte de un contexto metropolitano, de una visión metropolitana y de algunas necesidades o de algunas situaciones que debemos articular dentro de las cuales el trabajo está en primer lugar. El PUE fue votado por ordenanza municipal, aprobado por supuesto en el marco de lo que es la Ley 8912 y es coherente con la visión de la provincia de Buenos Aires. Y allí está el trabajo, la movilidad, el hábitat, el patrimonio, las cuestiones de ambiente y por supuesto las cuestiones del desarrollo urbano. Hemos tenido la posibilidad de innovar en Tres de Febrero en lo que es el manejo del uso del suelo con una norma muy novedosa de plusvalía, que permite transmitir recursos del desarrollo inmobiliario a la obra, el hábitat y el patrimonio. Creo que la visión de ciudad, los planes estratégicos y el uso del suelo deben formar parte de la mesa de coordinación con la ciudad de Buenos Aires, y en un ámbito geográfico mayor que es el Área Metropolitana.
En general, para ganar las elecciones en la provincia de Buenos Aires, los liderazgos municipales históricamente tendían a alambrar el distrito, a hacerse fuerte hacia adentro. Un poco lo que llevó, sumado a las reglas electorales (la reelección indefinida) a esta idea del barón del conurbano. Ese incentivo creo que va en contra de lo que necesitamos. Hace falta que nuestros intendentes y concejales en todos los distritos metropolitanos tengan, como tienen nuestros vecinos, una idea metropolitana y que la política territorial y la política de los municipios del conurbano abra la cabeza a la coordinación. Y un poco desafiar esa idea de para durar, para perseverar o para permanecer en la política, la mejor fórmula es la que implica cerrarse y no abrirse a una coordinación metropolitana, porque eso será en beneficio de políticas públicas más efectivas, eficientes, de mayor calidad respecto de nuestros vecinos. Ahí queda una tarea pendiente que tiene que ver con la cultura política de los municipios del GBA.
Hay posibilidades -necesidad más bien- de alguna forma de regionalización de los temas que tenemos en común, por ejemplo en el oeste del conurbano. Sin dudas, sería deseable tener esa mirada regionalizada en un esquema aún mayor: primero metropolitano y también de diálogo con las demás regiones. Y desde ahí también interactuar con las formas interjurisdiccionales que ya existen, como AySA, o podríamos sumar el Ceamse, o agregar miradas en muchas cuestiones vinculadas a la movilidad, los ferrocarriles, las centralidades. Y sí creo que a esa regionalización hay que combinarla con la autonomía de los municipios, autonomía de verdad, como en realidad ocurre cotidianamente y que además exige la Constitución Nacional en el artículo 123.
Por último, no podemos dejar de lado el tema de los recursos asociados con los habitantes y la densidad poblacional. En el GBA vive el 30% de la población del país en el 0,5% del territorio; es el 76% de la población de la provincia y el 80% de la población del AMBA. Y claramente, en términos de recursos, estamos doblemente discriminados. No es una acusación a nadie, por supuesto, es una reflexión. Primero está discriminada la provincia respecto de los recursos nacionales: recibimos el 22% y aportamos el 38%. Y en segundo lugar, el conurbano o el GBA está discriminado en términos del interior: recibimos casi los mismos recursos y tenemos el 70% de la población, con lo cual ahí radica uno de los problemas en términos de políticas públicas. En La Matanza vive tanta gente como la Capital Federal, cualquiera de nuestros municipios superan en población a 4 o 5 provincias argentinas, tenemos demandas cotidianas muy fuertes y recursos realmente muy escasos. Así que el debate sobre roles, atribuciones y recursos es un tema que sin duda tiene que ser clave en la discusión metropolitana. Y nos la debemos.
Periodista, historiador, intendente de Tres de Febrero