Acción colectiva: un nuevo enfoque para el desarrollo sostenible
En la reciente XXI Jornada Anual del Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), 300 líderes empresariales y de organizaciones sociales coincidieron en la necesidad de promover la acción colectiva como paradigma fundamental para lograr un impacto más efectivo en el desarrollo sostenible. Este cambio de enfoque destaca la importancia de dejar atrás modelos de inversión social centrados en intereses individuales para abrazar estrategias colaborativas.
Hasta hace poco, la contribución del sector privado al desarrollo se concebía como un modelo de creación de riqueza y de gestión de expectativas de los públicos de interés según criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Sin embargo, durante la Jornada Anual, los participantes destacaron que la búsqueda unilateral del propio impacto resulta insuficiente en el actual panorama de crisis multidimensionales, que incluyen pobreza, desigualdad, emergencia climática y debilitamiento de instituciones democráticas. En ese contexto, ni más ni menos que el 95 por ciento de los referentes identificó a la acción colectiva como la mejor opción para que fundaciones y empresas cumplan con su rol social.
¿Puede esta tendencia abrumadora llevarnos a pensar que nos encontramos en la antesala de un nuevo modelo? ¿Asistimos al nacimiento de una vanguardia de acción territorial que abandona el individualismo institucionalizado y promueve la convergencia en torno al bien público?
La acción colectiva llama a adoptar un enfoque multiactoral que reconoce en la interdependencia uno de sus valores principales. Además, no se limita simplemente a “hacer cosas juntos”; implica construir una misión suficientemente ambiciosa que trascienda la suma de los aportes particulares. Se trata de poner el problema en el centro y entender cómo cada actor contribuye con lo mejor de sí a su solución.
Los ejemplos de Medellín y Sobral resaltan cómo alineando esfuerzos la política pública y la inversión social privada logran resultados significativos: ya sea reduciendo el 96,3% de la tasa de homicidios en dos décadas, cuando en 1991 la ciudad colombiana era la más violenta del mundo; como al llevar a un municipio pobre al primer lugar del ranking educativo brasileño cuando solo diez años atrás ocupaba la posición 1336.
En la Argentina, iniciativas como el Laboratorio Público-Privado y la Mesa de Incidencia en Educación destacan la importancia de la acción colectiva para movilizar lo mejor de empresas, organizaciones sociales y gobiernos. La acción colectiva, según la perspectiva que impulsamos en el GDFE, surge como una alternativa efectiva de inversión social que al mismo tiempo actúa como antídoto contra la polarización y es un vehículo para reconstruir el tejido social.
Director Ejecutivo, Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE)