A pura traición
“Voy a proponer que quede por escrito que no se pueden subir las retenciones”. (De Sergio Massa.)
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Las vacas, demudadas, dejaron de otear la ruta; los perros pastores fueron embestidos por rebaños de ovejas descarriadas mientras tropillas de caballos indómitos salían a la carrera dañando sembradíos. De fondo, sonaba la radio. Hablaba Sergio Massa. Decía que iba a pedir que quedara por escrito en el presupuesto de 2023 que el Gobierno no aumentará las retenciones al campo. Es que el mismo presupuesto dice lo contrario: que faculta al Gobierno a subir las alícuotas. Ni los bichos de granja le creen al ministro.
“Hoy un juramento, mañana una traición”, tarareaban un peón y un capataz remembrando a Carlos Gardel, en “Amores de estudiantes”.
Puede ser que quede escrito, pero ya se sabe que a un escrito lo reemplaza otro, que la “necesidad y la urgencia” tienen en la Argentina fuerza de ley y que, como te dije una cosa te digo la otra y, si quiero te traiciono, y, si no te gusta, andá a cantarle a Gardel, siguiendo con la referencia musical.
Ejemplos tenemos muchos. En 2020, el Gobierno creó el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para ayudar a empresas a pagar los sueldos durante la pandemia. Muy lindo todo, pero los empleados de esas firmas nunca más pudieron comprar dólares. La restricción, obviamente, se conoció después.
Otra: el que quiera mantener los subsidios a los servicios públicos, que se anote en un registro. Qué bueno, pensaron muchos. Se anotaron ¿Qué les pasó? Les cortaron también la posibilidad de ahorrar unos pocos dólares por mes para intentar cubrirse apenitas del 100% de inflación. Ahora se puede hacer el trámite inverso. O sea: desdecite de lo que dijiste, cuando no te dijimos lo que íbamos a decir después para embromarte, y para que no digas que no te dijimos.
Una señora se acercó a la Anses porque no tiene nada, ni qué comer. Fue a anotarse para recibir el bono de 45.000 pesos, en dos cuotas, a indigentes. La rebotaron porque la mujer recibe como único beneficio una garrafa social. Marche presa.
“Es difícil encontrar indigentes en una planilla de Excel con la mitad de la economía en negro”, protestaba el funcionario de gobierno Emilio Pérsico. ¡Cerrame la 8!
Y no hablemos de los impuestos para volar al exterior: se viene uno nuevo a los pasajes de avión, como si solo se viajara por turismo y nunca por estudio, por trabajo o por salud. Ni del proyecto para derogar las PASO con que el kirchnerismo le pagó a la oposición cinco minutos después de que esta le diera los votos que necesitaba para aprobar el presupuesto en Diputados.
Ya lo decía Gardel. No hay “Mano a mano” en “Mi noche triste”. Estamos yendo “Cuesta abajo”, cargados de “Mentiras”. “Yira, yira” la amargura. En esta “Lejana tierra mía”, pocos quieren “Volver”. “Adiós muchachos”, a hacer “Silencio” y a pedir ventura a “La cotorrita de la suerte”. De últimas, “Esta noche me emborracho”. Esto así es un “Cambalache”.