A pesar del Big Data, los cisnes negros también existen
Los sorprendentes resultados de las recientes elecciones primarias PASO en la Argentina pueden ser un muy interesante objeto de estudio para todos aquellos que exploran la cocina de las investigaciones de opinión pública y buscan tender puentes entre la disección e interpretación de datos y los resultados que se obtienen a la hora de abrir las urnas.
Si bien no es la primera vez que las encuestas no aciertan con sus predicciones y es un secreto a voces que esa disciplina enfrenta serias dificultades para llevar a buen puerto sus investigaciones, debido a problemas metodológicos y de escenarios de trabajo, sí, esta vez, aparecen sobre el tapete otros cuestionamientos que interpelan la eficacia de los focus group y de la utilización del llamado Big Data.
Por el lado de las encuestas, sus limitaciones comienzan con el costo de inversión en los muestreos presenciales, por lo difícil de acceder a los domicilios y establecer contactos reales en villas de emergencia, countries, barrios cerrados y edificios en torres. En el caso de ser telefónicas, se suma el hecho de que los aparatos fijos cada vez se parecen más a piezas de museo y que los celulares tienen el freno de no contar con un universo claro a investigar y complicaciones con las bases de datos.
Por el lado de los Grupos de Discusión o Focus Group, por su naturaleza de ser instrumentos de investigación cualitativa, si bien pueden darnos alguna profundidad para discernir ciertos climas de opinión, esas conclusiones, al no provenir de un origen cuantitativo, son incapaces de hacerse extensivas a toda la población.
En lo que hace al término del momento, el mencionado Big Data, sin duda estamos ante una revolución digital que permite obtener gran caudal de información que puede cotejarse, cruzarse y fusionarse para hacer interpretaciones de todo tipo y color.
Sin embargo, la analogía de esta posibilidad es que la tecnología actualmente nos permite absorber como esponjas múltiples datos, como si fuéramos un chef de primer nivel que dispone de todos los productos, aderezos e ingredientes para preparar un manjar sublime. El problema comienza cuando el chef un día se enferma y lo reemplaza un sujeto que no sabe ni siquiera encender la hornalla de la cocina.
Con esto quiero decir que el análisis de esos macrodatos que llegan a raudales y los caminos para su interpretación y estructuración son vitales para ejecutar una investigación que esté en sincronía con la realidad de los hechos.
Todo indica que, en ocasiones, puede tener incidencia en los votantes antes de decidir en el cuarto oscuro, aquella vieja teoría que habla de "la espiral del silencio" expuesta por la politóloga alemana Elizabeth Noelle Neumann, en la que los individuos suelen adaptar su comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable en un grupo, para no quedar expuestos o en soledad.
De lo que se trata, entonces, es de lograr un equilibrio entre la fobia desmesurada a los trabajos que buscan sondear corrientes de opinión en los diferentes públicos y aquellos que se abrazan a un fetichismo fundamentalista de los datos.
Los instrumentos y las herramientas que aportan la tecnología y el saber de la ciencia son imprescindibles como para profundizar su desarrollo, pero eso no quiere decir encerrarse en un laboratorio aséptico que impida sumar e integrar correctamente los ingredientes y que evite vislumbrar que los cisnes negros también existen.