¿A Menem ni justicia?
“Estamos haciendo un homenaje al mejor presidente de los últimos 40 años” (De Javier Milei)
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Parece que todo no se puede. El sentido homenaje que el presidente Milei le dedicó a Carlos Menem poniendo su estatua en la Galería de los Bustos presidenciales tuvo ausencias notables. No asistió nadie del kirchnerismo. ¿No los invitaron? Puede ser. ¿Jamás irían por más que los convoquen? Es otra posibilidad. ¿No fueron porque quieren celebrar “al Carlos” con un busto propio en el Instituto Patria, cerca del Salón de las Mujeres del Bicentenario, que Cristina ordenó armar allí después de que Milei cerrara ese espacio en la Casa Rosada? Sería raro, ya que los K retacearon a Menem todo tipo de culto durante los 16 años y medio en que fueron gobierno. Pero nadie en política puede hoy tirar la primera piedra sin que se le vuelva un bumerán.
Entretenida la década del 90. Muy creativa en la política: Menem llegó al gobierno de la mano del peronismo y lo primero que hizo fue abrazarse a la Ucedé de Alsogaray dejando a los peronistas más desconcertados que a Máximo en la Biblioteca Nacional.
“Después de Perón, ningún otro presidente ha sabido escuchar a Santa Cruz como lo hizo Menem”, le decía en la cara al riojano el gobernador Néstor Kirchner. A su lado, en el acto realizado en El Calafate, en diciembre del 94, Cristina aplaudía la arenga de su marido llamando a “acompañar el proceso de transformación y cambio de la Argentina”, obviamente de la mano del Calos, así, sin “r”. Es que el Calos, en ese momento, era amigo de los Kirchner y ya se sabe que “al amigo, todo y, al enemigo, ni justicia”, como decía el General.
¡Qué tiempos los 90! Dominaban las camisas de franela y las camperas de denim. Las chicas usaban bandanas y los muchachos, pantalones baggy. En la tele atronaban las canciones de “Chiquitita” y Alf bajaba a la tierra, mientras que Roberto Galán juntaba gente y Xuxa, paquitas. Las publicidades de los 90 resultaron insuperables: La llama que llama, de Telecom; El sabor del encuentro, de Quilmes, y Jaime, el mayordomo de los jugos Tang. Veinte Flynn Paff costaban un peso y 3,99 un McCombo. Mandaban el 1 a 1, el “deme dos” y el “todo por 2 pesos”.
Fue la época en la que el Congreso privatizó YPF. Cómo olvidar la frase que pronunció el miembro informante del peromenemismo, quien hoy funge como presidente del Instituto Patria. Dijo el entonces diputado Oscar Parrilli en el recinto al anunciar el voto afirmativo de su sector: “No venimos a esta sesión arrepentidos de lo que fuimos, no sentimos vergüenza de lo que somos y tampoco venimos a pedir disculpas por lo que estamos haciendo. La privatización de YPF va a oxigenar nuestro gobierno, va a representar una bocanada de aire puro que fortalecerá al presidente Menem”. ¿Y si le dedican al menos un cuadrito?