8 de marzo: Si hay algo invisible e incómodo es la desigualdad
“Tenés más de 40 y no alcanzaste el seniority esperado, por eso no vemos posiciones de promoción disponible”, le avisaron a Carolina, desde el área de RRHH. Ella, madre de 3 hijos, dedicó gran parte de sus 30 a combinar crianza con tareas de analista. Cuando pudo superar la primera infancia de sus hijos, buscó posibilidades de promociones sin éxito. Este tipo de historias (y de respuestas) se siguen escuchando mucho, aún hoy en día.
En el marco del 8 de marzo es curioso ver la proliferación de charlas y espacios donde no se pone el foco en las problemáticas que aún tienen las empresas en relación a la equidad. Se suman una serie de hechos que generan oportunidades en las vísperas de este año.
Aunque cada vez menos, por causas culturales, aún persisten las empresas que buscan hacer “equilibrio” entre el regalo “femenino” y la “charla de género”. En esta línea, me parece central hacer un análisis del estadio cultural en que se encuentra la empresa: no podemos ir a contramano del momento que está atravesando una compañía, y esto se acentúa en industrias más conservadoras o masculinizadas. Se requiere encontrar un mensaje que realmente pueda generar un efecto en las personas; siempre desde una perspectiva de género. Las charlas cosméticas no tienen sentido si carecen de un marco adecuado a la empresa.
En este sentido, algunos rankings que carecen de perspectiva de género, hacen creer a las empresas que ya no tienen materia pendiente. Y no solo a las empresas: también a las personas que forman parte de la misma. Por eso, personalmente trato de alejarme de ese tipo de premios corporativos, porque tienen un efecto “iatrogénico” como en la clínica: incrementan los síntomas y dejan tranquilas a las áreas, pensando como en un “check list” donde ya hicimos lo que había que hacer.
Muchas veces son las empresas con culturas más machistas las que más consideran que no tienen “pendientes” en términos de igualdad. Y es que, justamente, si hay algo que es invisible e incómodo es la desigualdad.
Por otro lado, hay empresas que vienen haciendo sostenidos esfuerzos en materia de políticas y beneficios, sin trabajar creencias culturales como, por ejemplo, aquellas creencias limitantes de las mujeres de la organización. Sin hacer el trabajo cultural necesario, las políticas no alcanzan, y aquellas empresas que lo vienen sosteniendo se están comenzando a dar cuenta.
Las áreas de RRHH son un punto clave en el cambio cultural y son las que sostienen ejemplos como el de Carolina, con modelos mentales y de gestión del talento de un mundo que ya no existe. ¿Qué es seniority hoy? No tienen perspectiva de género y acentúan el problema, generando exclusión cuando sostienen querer ser inclusivos.
Igualdad no es un tema de números: no es alcanzar el 50%. Es la suma de un clima cultural seguro y equitativo para todas las personas.
Este 8 de marzo cualquier empresa ya debería incorporar una mirada de género: el contexto social es alarmante y no somos burbujas aisladas de las problemáticas. La economía de género ya tiene relevancia mundial y, en la Argentina, representa el 16% del PBI, de acuerdo al Ministerio de Economía (2020).
Consejos para ir hacia un cambio cultural:
- Buscar una propuesta acorde al estadio cultural de la empresa
- Generar diagnósticos reales con perspectiva de género de cuáles son los desafíos en materia de equidad
- Involucrar a los líderes
- Armado de grupos de trabajos o ERGs para promover acciones concretas dentro de la organización
- Evitar acciones “cosméticas” sin profundidad
- Evitar poner “mujeres modelo de éxito”. Ese tipo de abordajes carece de un enfoque de género adecuado
- Proponer espacios mixtos, no solo dirigidos a las mujeres: la igualdad es un tema que involucra a la sociedad en su conjunto